Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 364
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 364:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Aunque Maia estuviera casada, no importaba. No le importaban los títulos ni los votos. Solo le importaba que su corazón le perteneciera. Y si no podía tenerlo, si ella se atrevía a dárselo a otro, ¡prefería verla completamente destruida!
Más tarde esa noche, Rosanna regresó a la villa Morgan. Se acomodó en el sofá y, con pereza, se puso a hojear los últimos titulares financieros en su teléfono, con una leve sonrisa en los labios. La caída de la familia Ward era ya casi oficial, y ella sentía una retorcida satisfacción al ver cómo se desarrollaba todo. Era el karma, la venganza por la forma en que Vince la había humillado, abandonándola delante de todos en la fiesta de compromiso solo para ir tras Maia.
¿De verdad Vince pensaba que se derrumbaría sin él? ¡Qué ridículo! Una sonrisa fría se dibujó en los labios de Rosanna; casarse con Vince nunca había sido más que un trampolín para entrar en la alta sociedad.
Ahora que la familia Ward se desmoronaba, no veía sentido en aferrarse a un barco destinado a hundirse. Por suerte, había sido lo suficientemente inteligente como para forjar fuertes lazos con Mariana, cuya influencia era mucho mayor y mucho más estable. No tenía intención de hundirse con Vince.
Absorta en sus pensamientos, su teléfono vibró inesperadamente. Era Mariana.
—Rosanna, el Grupo Cooper celebra mañana su banquete privado anual —dijo Mariana con calidez—. Me encantaría que asistieras. No me dirás que no, ¿verdad?
El corazón de Rosanna dio un vuelco. ¿El banquete privado del Grupo Cooper? ¡Era una invitación de ensueño, una a la que ni siquiera la familia Ward había conseguido asistir nunca!
Sin dudarlo, respondió alegremente: «¡Por supuesto! Será un honor asistir. ¡Muchas gracias, Mariana!».
Mientras hablaba, Jarrod bajaba las escaleras. Al oír la emoción en la voz de Rosanna, captó algunas palabras clave y se quedó paralizado. ¿El Grupo Cooper? ¿Un banquete privado? Jarrod abrió los ojos como platos al darse cuenta de lo que estaba pasando.
Tras colgar, Rosanna se sentó, aferrándose al teléfono, todavía radiante de emoción.
Encuentra capítulos nuevos en ɴσνєʟα𝓼𝟜ƒα𝓷.ç𝓸𝓂
Una voz interrumpió su ensimismamiento. Al levantar la vista, Rosanna vio a Jarrod de pie cerca de ella.
En cuanto Jarrod oyó que Rosanna había sido invitada al banquete del Grupo Cooper, sus ojos se iluminaron de emoción.
—¿En serio? ¿De verdad te han invitado al banquete del Grupo Cooper? —dijo, incapaz de ocultar su asombro—. ¡Es el evento más exclusivo de todo el país! Ni siquiera la familia Ward ha conseguido acercarse. ¿Cómo has conseguido eso?
Rosanna frunció ligeramente el ceño. ¿Por qué tenía que aparecer Jarrod ahora? Reprimió su irritación y respondió amablemente con una sonrisa: —No hace mucho, Vince me llevó a una fiesta privada organizada por Mariana Cooper, la hija menor del jefe de la familia Cooper. Le caí bien y, esta vez, Mariana me invitó.
Los ojos de Jarrod se abrieron aún más con asombro. Mariana no era cualquiera; era adorada por casi todos los miembros del círculo de élite de Wront y rara vez dejaba que los forasteros se acercaran a ella. ¡Su hermana realmente tenía un don para encantar a la gente!
Con una amplia sonrisa, Jarrod dijo con entusiasmo: «Rosanna, nunca pensé que tuvieras una relación tan estrecha con alguien como Mariana. ¡Esto es increíble! ¿Puedes llevarme contigo? Me encantaría ver cómo vive la verdadera clase alta y, quién sabe, quizá pueda encontrar algunos inversores para nuestra familia Morgan».
Él también había visto las noticias financieras de ese día. Con la familia Ward al borde del abismo, la familia Morgan necesitaba un nuevo rumbo. Pero, más que nada, Jarrod simplemente quería probar la vida de la alta sociedad.
La sonrisa de Rosanna se desvaneció por un instante. Lo último que quería era que su despistado hermano la acompañara y la humillara.
Aun así… Tras una breve pausa, Rosanna suavizó el tono y dijo: «Puedo llevarte, pero primero tienes que prometerme algo».
Jarrod no perdió tiempo y se sentó junto a Rosanna con un estallido de energía. «¡Lo que sea! ¡Lo prometo, lo que sea!».
.
.
.