Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 322
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Capítulo 322:
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Una sombra de sospecha cruzó la mente de Maia mientras entrecerraba aún más los ojos. «Envíame la IP».
La respuesta llegó de inmediato. «Lo tengo».
Mientras tanto, en una habitación apartada del Velvet Nocturne, el ambiente era pesado bajo las luces tenues y sombrías.
Chris estaba recostado en el sofá, con un vaso de whisky en la mano.
Maxwell estaba sentado cerca, hojeando distraídamente su teléfono.
Sin previo aviso, Maxwell levantó la cabeza y dijo: «Chris, acaban de llegar noticias: la familia Cooper está investigándote. Quizás deberías andar con cuidado».
Chris giró el vaso de whisky, observando cómo el líquido reflejaba la luz, con el rostro impasible. Preguntó con indiferencia: «¿Has averiguado la IP de quienes te están rastreando?».
«Ya está en manos de Hawk», respondió Maxwell sin perder el ritmo.
Con Hawk involucrado, era solo cuestión de tiempo que el misterio se desvelara.
En ese momento, el teléfono de Maxwell vibró con fuerza.
Un mensaje de Hawk.
¿Ya?
Maxwell tocó la pantalla, frunció el ceño mientras leía y luego miró a Chris con cara de asombro. —Chris, ¿estás recibiendo ayuda externa?
Chris dejó el vaso con un suave tintineo y levantó una ceja. —¿Por qué?
Maxwell giró rápidamente la pantalla hacia él, con incredulidad en su voz. —¡Hawk ni siquiera ha empezado, pero la IP del otro lado se ha colgado de forma espectacular!
La sorpresa de Chris solo duró un instante, antes de que la disipara con un movimiento de cabeza.
Maxwell, sin embargo, sonrió maliciosamente mientras observaba a Chris. —No me digas que una de esas mujeres con las que has estado coqueteando es en secreto un genio de la tecnología.
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Chris respondió con una mirada fulminante, claramente molesto.
Maxwell se detuvo, dándose cuenta de su error, y se apresuró a enmendarlo. —Espera, no, mal elegido. ¡Me refería a las mujeres que coquetean contigo!
Chris parecía completamente exasperado. «Deja de decir tonterías. Estoy casado. Si mi mujer se entera de esto, se pondrá celosa».
Maxwell casi se atraganta, abrumado por la inesperada dulzura de todo aquello.
Después de un momento, un pensamiento le hizo fruncir el ceño con seriedad. —Chris, ¿qué crees que hará esa mujer de la familia Cooper cuando se entere de que estás casado?
Chris frunció ligeramente el ceño, pero permaneció en silencio.
Bajando la voz, Maxwell continuó: —Si esto hubiera sido antes, no habría sido gran cosa. En aquel entonces, Maia solo era la hija falsa de la familia Morgan que había sido expulsada. Pero ahora… es K, la famosa compositora. Y la diseñadora jefe de MCN. Con esas credenciales, sin duda harán algo para deshacerse de ella.
Chris dio un suave golpecito en el borde de su vaso, con tono firme. —No digas nada por ahora.
Maxwell asintió, aunque la inquietud lo carcomía, el peso de lo que podría suceder si los secretos se revelaran se asentaba en sus entrañas.
El tono de Maxwell cambió una vez más cuando dijo: «Por cierto, Chris, ¿cómo está tu… condición estos días?».
Chris respondió con frialdad: «Es manejable».
«Si necesitas un médico, solo tienes que decirlo», dijo Maxwell con sinceridad. «Pondré el mundo patas arriba para encontrar al mejor que pueda curarte».
Chris levantó su vaso en un pequeño saludo y esbozó una leve sonrisa. «Gracias». Sus vasos chocaron con un tintineo y se tomaron unas cuantas copas más.
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