Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 266
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 266:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Esta casa era su promesa, un refugio seguro para sus seres queridos. Maia juró en silencio protegerla con todo lo que tenía. No explicó por qué no se mudaba ella también. Kathie sabía que Maia tenía sus razones y no le pidió más detalles.
Fue Ethan quien tomó la palabra y declaró con seriedad que, cuando creciera y tuviera suficiente dinero, compraría una casa más grande para que Maia pudiera vivir con ellos.
Maia le revolvió el pelo a Ethan con ternura y le dijo en voz baja: «Esperaré a que llegue ese día. Pero hasta entonces, más te vale trabajar duro, ¿de acuerdo?».
«¡Lo haré!», respondió Ethan.
Después de cenar con Kathie y Ethan, Maia se levantó y se dirigió a su apartamento en Elysium Apartments.
En cuanto entró, vio a Chris tumbado en el sofá. Tenía las piernas en alto y hojeaba un libro con aire relajado.
Cuando Chris se percató de la presencia de Maia, levantó la vista y dijo sin prisas: «No dijiste que ibas a volver para cenar, así que no me molesté en cocinar hoy».
Maia se acercó al dispensador de agua y se sirvió un vaso, pero mantuvo la mirada fija en Chris, que estaba sentado cerca. Habló en tono ligero: «Antes nunca cocinabas. ¿Cuándo has cambiado?».
Chris cerró el libro, cogió el vaso vacío de la mesa y se acercó al dispensador. De pie junto a Maia, se llenó el vaso y una sonrisa suavizó sus rasgos. —Cuando mi mujer cocina tan bien, ¿cómo no iba a aprender algunas cosas? Tengo que estar a la altura de alguna manera.
Maia giró la cabeza lo justo para mirarlo, con voz curiosa. «Normalmente, en una familia, cuando una persona sabe cocinar, los demás se limitan a esperar a comer. ¿Por qué eres tan… diferente?».
Chris la miró a los ojos, con la mirada fija. «Cocinar puede parecer fácil, pero hacerlo bien requiere mucha habilidad».
Entrecerró un poco los ojos, con voz juguetona y cálida. «En el futuro, si quieres cocinar, seré tu pinche de cocina. Si no, me haré cargo de la cocina yo mismo. ¿Trato hecho?».
—¿Por qué?
Encuentra más en ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.ç𝓸m antes que nadie
Sus dedos apretaron el vaso con más fuerza. Una vez había entregado su corazón con tanta facilidad a Vince, solo para enfrentarse a exigencias interminables y a una falta total de comprensión. Ahora, con Chris, un o al que apenas conocía, él le estaba mostrando más cariño y consideración que nadie en toda su vida. Incluso aquellos a los que una vez había considerado sus mejores amigos la habían herido sin pensarlo dos veces. A Maia le costaba creer que alguien a quien apenas conocía pudiera ser tan amable, sin pedir nada a cambio.
Su voz se volvió un poco distante. «¿Por qué eres tan amable conmigo?».
¿Qué quería realmente este hombre? Maia no se atrevía a decirlo en voz alta.
Chris vio la tensión en su rostro. Se acercó, le pellizcó suavemente la mejilla y se rió entre dientes. «Porque te lo mereces. ¿Por qué me habría casado contigo si no quisiera ser amable contigo?».
Esas palabras hicieron que el corazón de Maia se acelerara.
Cuando había aceptado casarse con Chris, había sido para cumplir el deseo de Zoey. Pero ¿y Chris? ¿Por qué había dicho que sí?
Los pensamientos de Maia estaban dispersos.
Quería preguntarle por qué Chris había aparecido en Nexus Collective la noche anterior, justo cuando lo necesitaba para alejarla de Vince. Pero mencionar a Vince ahora le parecía incorrecto, como si fuera a empañar la calidez que sentía en ese momento. Así que Maia se guardó sus preguntas para sí misma.
Su mirada se posó sin pensar en el antebrazo desnudo de Chris, delgado y fuerte, con un ligero atisbo de músculos, y luego bajó hasta su esbelta cintura, ceñida por un cinturón negro. Su impecable camisa blanca apenas dejaba entrever el contorno de sus firmes abdominales, lo que le confería un inconfundible aire de fuerza. Chris estaba impecable, como si hubiera salido de una…
Los ojos de Maia se desviaron hacia abajo sin querer, y su mente volvió a los comentarios juguetones de Pattie de antes.
Se detuvo en seco, con la garganta seca, confirmando lo que ya sospechaba. Por lo que podía ver, la virilidad de Chris no era pequeña en absoluto.
.
.
.