Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 265
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Capítulo 265:
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Al ser testigo de la alegría de Ethan, Maia sintió una profunda y cálida sensación crecer dentro de ella. Se quedó de pie en silencio detrás de él y le dijo con voz suave: «Ethan, ahora este es tu estudio».
Ethan se dio la vuelta y miró fijamente a Maia. Hacía solo un momento estaba riendo, pero ahora se le estaban llenando los ojos de lágrimas. Ethan luchó por hablar, con la garganta apretada y la voz ronca. «Maia, tú…».
Maia le había mostrado una bondad increíble, más de lo que él sabía agradecerle.
En silencio, Maia extendió la mano y le revolvió suavemente el pelo a Ethan, con un gesto reconfortante. Sus ojos estaban llenos de ternura.
«Ethan, tienes que esforzarte mucho. ¡Algún día me superarás incluso a mí!».
A un lado, Kathie sintió una mezcla de emociones agitarse en su interior. A medida que envejecía, su preocupación constante había sido su capacidad para mantener a Ethan. Ahora, al ver a Maia al lado de Ethan, Kathie descubrió que sus preocupaciones comenzaban a desvanecerse.
Al observar a su alrededor, Kathie sintió que la realidad de su situación se asentaba en su mente. La emoción le nubló ligeramente la vista.
«Maia…».
Cuando Maia se volvió, vio inmediatamente las lágrimas en los ojos de Kathie. Kathie se secó rápidamente las mejillas y esbozó una sonrisa entre lágrimas. —Estoy abrumada por la alegría. Es difícil de expresar con palabras. Siento que las cosas por fin están mejorando.
Ethan dijo de repente: «¡Estás llorando porque estás feliz!».
La risa llenó la habitación mientras los tres compartían ese momento.
Maia guió a Kathie al comedor, donde les esperaba una mesa cuidadosamente preparada con platos nutritivos.
«Kathie, estas comidas son importantes para tu recuperación, pero no tendrás que comerlas todos los días. Pasaré a cocinar para ti siempre que pueda».
«¡Vale, vale!», respondió Kathie, agarrando con fuerza la mano de Maia y recorriendo con la mirada su nuevo y acogedor hogar.
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Aquello era exactamente lo que debía ser un hogar. Hacía años que no sentía tanta paz y comodidad. Kathie pensó que lo ideal sería quedarse juntos así. Se imaginó viendo crecer a Maia y Ethan, quizá formando sus propias familias algún día. Kathie esperaba que su salud le permitiera ayudarles con sus futuros hijos.
Sin embargo, su atención se vio repentinamente atraída por algo preocupante.
Parecía que no había ningún dormitorio destinado a Maia. En su lugar, una habitación había sido transformada en un estudio.
Esto llevó a Kathie a preguntarse si Maia tenía intención de vivir en otro lugar. Una pregunta se formó en la mente de Kathie, lo que la llevó a preguntar: «Maia, ¿estás… saliendo con alguien?».
Maia se detuvo un segundo y, sin motivo aparente, la cara de Chris apareció en sus pensamientos.
No estaba saliendo con nadie, pero ya figuraba como casada.
Maia se mordió el labio, sin saber cómo responder.
Ethan intervino rápidamente. «¡Es imposible que Maia tenga novio! ¿Qué tipo de chico podría ser lo suficientemente bueno para ella? ¡Mi futuro cuñado tiene que ser el mejor chico del mundo!».
Maia no pudo contener la risa. «Estás poniendo el listón muy alto».
Ethan respondió con toda seriedad: «¡Pues claro! Eres increíble, Maia. Cualquier chico que quiera casarse contigo tiene que ser perfecto. ¡Incluso yo tendría que dar mi visto bueno!».
Maia sonrió, pero se quedó callada.
Miró a su alrededor, a la casa que había creado para ellos, con los ojos firmes e inquebrantables.
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