Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 196
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Capítulo 196:
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En otro lugar, Sandra no podía ocultar su alegría. Se desplazaba por las publicaciones más populares con una sonrisa que no se borraba de su rostro. Recostada en el sofá, hizo un gesto a Jarrod para que se acercara en cuanto entró. Prácticamente le puso la pantalla en la cara.
«¡Tienes que ver esto! Tu hermana es una estrella. ¿La actuación de One More Day? Es increíble».
Jarrod, que aún se estaba quitando los zapatos, parpadeó al mirar la pantalla. En cuanto reconoció el vídeo, frunció el ceño.
—Espera, mamá… ¿quién crees que es?
«¡Rosanna, claro!», respondió Sandra con una sonrisa radiante, rebosante de orgullo. «¡Tienes que dejar de vivir en una cueva! ¡Hasta yo sé más que tú! ¡Tu hermana está en todas partes! ¡Este podría ser el momento que salve a toda nuestra familia!».
Soltó una carcajada sin filtros. —Incluso le he dicho a tu padre que reserve la agenda. Vamos a ir todos al espectáculo para animarla. ¡En primera fila y gritando como siempre!
Mientras tanto, en su habitación, Jarrod se sentó en silencio, atónito.
La verdad le golpeó con fuerza: Rosanna estaba fingiendo ser Maia. Cogió su teléfono y se sumergió en su cuenta de Twitter, examinando cada pie de foto, foto y comentario con ojos agudos.
Después de unos minutos, se dio cuenta de algo: Rosanna nunca había dicho explícitamente que ella era la cantante enmascarada. Eso le tranquilizó un poco. Solo eran suposiciones de los internautas, y Rosanna no tenía la culpa.
Aun así, una pregunta surgió en su mente de la nada. «Espera, ¿cuándo fue exactamente al Starlight Bar?».
Su expresión se ensombreció. Sin dudarlo, se dirigió directamente a la puerta de ella y llamó con firmeza.
Cuando Rosanna abrió, Jarrod ya estaba allí, rígido, con la mirada dura. Sin saludar, fue directo al grano. «¿Cuándo fuiste al Starlight Bar?».
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A sus ojos, ella siempre había estado por encima de ese tipo de ambientes. Era la definición perfecta de la inocencia. Callada. Correcta. Una chica que ni se le ocurriría entrar en un bar.
Mirándolo con ojos tiernos y un toque de inocencia herida, Rosanna respondió con suavidad: «Era solo la fiesta de cumpleaños de un compañero de clase. Estábamos todos invitados. No pensé que importara… ¿Estás enfadado porque fui? Te prometo que no volveré a hacerlo si te molesta».
Su respuesta le tocó algo dentro. Su mirada severa comenzó a derretirse en preocupación.
La expresión de Jarrod se suavizó. «No es eso. Solo me preocupas. Los bares como ese no son seguros. La próxima vez que quieras ir a un sitio así, déjame acompañarte. Me aseguraré de que estés bien».
Una dulce sonrisa se dibujó en sus labios, y sus palabras estaban llenas de afecto. «Sabía que me protegerías. Siempre lo haces».
Una vez que la conversación terminó con una nota reconfortante, Rosanna cerró la puerta suavemente detrás de ella. Pero una vez sola, su expresión cambió, solo ligeramente. Una astuta sonrisa se dibujó en sus labios. Ya había preparado la excusa perfecta antes de publicar esas fotos. Todo estaba saliendo según lo planeado.
En ese mismo momento, en el Starlight Bar, Jack miraba con los ojos muy abiertos los vídeos virales, con el estómago retorcido por el arrepentimiento. La cantante había estado allí, y él la había dejado marchar sin siquiera preguntarle su nombre. Podría haberla fichado. Ahora había perdido su oportunidad.
El negocio iba mejor que nunca en el Starlight Bar. Cada noche se agolpaba una multitud con la esperanza de ver a la misteriosa cantante enmascarada. Periodistas, vloggers e influencers abarrotaban el local, convirtiéndolo en un circo, pero Jack no se dejaba engañar. Sabía que un revuelo tan grande nunca duraba mucho.
A pesar del ruido, el Starlight se mantuvo fiel a sus reglas. La privacidad de los clientes era sagrada. ¿Y Jack? Lo único que sabía era que la cantante tenía alguna conexión con Pattie. Su verdadero nombre seguía siendo un misterio.
Sin embargo, una cosa tenía clara: Rosanna no era quien se escondía tras la máscara, por mucho que crecieran los rumores.
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