Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 145
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Capítulo 145:
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Sus productos se estaban hundiendo, las ventas caían en picado y el público les daba la espalda.
Rosanna ni siquiera había llegado a su primera clase del nuevo semestre, pero ya dominaba el foro de la universidad un hilo brutal titulado: «¿La diosa pura revelada como una maestra manipuladora?».
Cientos de comentarios inundaron el foro, muchos de ellos de estudiantes que antes la adoraban y que ahora solo expresaban decepción y desdén.
Al desplazarse por el torrente de comentarios, Rosanna sintió que se le tensaba la mandíbula hasta que le dolió. La furia hervía bajo su piel, apenas contenida. Había pasado años puliendo su reputación hasta la perfección, creando cuidadosamente su imagen hasta que sus compañeros la veían como intocable, una diosa entre los mortales.
No había una sola palabra halagadora que no le hubieran dicho alguna vez. Y ahora, de un solo golpe, Maia lo había destrozado todo.
Todo lo que había construido, cada mentira, cada fachada, se había reducido a escombros. No podía soportarlo.
Y la pulsera… aún no la había recuperado.
Una presión pesada y sofocante le oprimía el pecho hasta que le costaba respirar.
Se sentó paralizada al borde de la cama, con las cortinas bien cerradas y la oscuridad envolviendo toda la habitación.
El repentino sonido de su teléfono rompió el silencio.
Rosanna apenas miró la pantalla. El identificador de llamadas mostraba un nombre que le sonaba vagamente: un cazatalentos que una vez la había perseguido para que entrara en la industria del entretenimiento.
Se llevó el teléfono al oído y dijo en voz baja: «¿Hola?».
«Señorita Morgan, cuánto tiempo. ¿Me recuerda?». La voz sonó entrecortada a través del auricular, cálida y rebosante de entusiasmo.
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Rosanna se movió ligeramente, con tono cauteloso pero educado. —Sí.
«¡Perfecto!». El entusiasmo de la persona al otro lado de la línea se disparó. «Nuestra empresa está colaborando con una importante cadena de televisión para lanzar el concurso de canto más importante del año. ¡Va a ser algo enorme! Vamos a traer a los mejores cantantes del país, compositores legendarios de la e … lo que se te ocurra. El cartel es diferente a todo lo que hemos hecho hasta ahora. Nos encantaría que participaras como concursante. ¿Qué te parece?».
Una pizca de duda se apoderó de Rosanna, haciéndola dudar.
Una vez, había rechazado la oferta del cazatalentos sin pensarlo dos veces. Ahora, al percibir su vacilación, el cazatalentos se apresuró a llenar el silencio. «Participar en el concurso no significa que te comprometas con una carrera en el pop. Piensa en ello como una forma de explorar otra faceta de ti misma. Tu voz es increíble, ¡de verdad, apostaría mucho dinero a que quedarías entre las tres primeras! Además… He visto el lío que se está gestando en Internet. La reacción es real. Necesitas una distracción, algo que desvíe la atención de la gente. Recuerda, tus fans se enamoraron primero de tu voz. Vuelve al ruedo y recuérdales por qué te adoraban. Vendrán corriendo».
Cada palabra le tocó la fibra sensible.
Rosanna sabía mejor que nadie que el mundo del espectáculo se alimentaba de la atención, no del amor ni de la lealtad. No importaban los elogios ni las maldiciones. Mientras la gente hablara de ella, seguiría teniendo poder. Por eso había vuelto el cazatalentos, porque seguía viendo valor en ella incluso cuando su reputación se desmoronaba.
Y tenía razón. Sus verdaderos fans se sintieron atraídos por su voz mucho antes de que les importara cualquier otra cosa.
Un momento llamativo y que acaparara la atención era justo lo que Rosanna necesitaba ahora para enterrar los rumores desagradables sobre el escándalo del brazalete.
Si se quedaba de brazos cruzados y dejaba que la reacción se calmara, solo conseguiría cavar más profundo en su futuro, envenenando todas las oportunidades antes incluso de que surgieran.
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