Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 127
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 127:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
Antes de que Maia pudiera responder, la puerta de un salón cercano se abrió de golpe. Un grupo de socialités despeinados salió en tropel, con el rostro desencajado por la rabia: eran los mismos que habían discutido por el brazalete.
«¿Dónde está Maia? ¡Encontradla!», gritó uno. «¡No puede tomarnos el pelo y marcharse así!».
Otro vio rápidamente a Maia al final del pasillo. «¡Ahí está!».
«¡Muévete!», instó Maia.
Sin pensarlo, agarró a Chris por la muñeca y salió corriendo.
Juntos, corrieron hacia la salida del club, donde les esperaba una fila de taxis. Cuando las mujeres enfurecidas se acercaron, Chris y Maia ya estaban a salvo dentro de un taxi, escapando victoriosos.
Una vez que el alboroto se disipó y la calma volvió a reinar, Maia exhaló un suave suspiro de alivio. No le daba miedo la confrontación, ni mucho menos. Si fuera necesario, podría defenderse fácilmente.
Pero montar un escándalo, especialmente con Chris presente, era lo último que quería.
Fue entonces cuando de repente notó el calor persistente en su mano.
Solo entonces se dio cuenta de que sus dedos seguían entrelazados, un gesto demasiado íntimo para sentirse cómoda.
Nerviosa, retiró la mano bruscamente y cruzó los brazos con rigidez sobre el pecho.
Chris esbozó una sonrisa burlona al ver cómo se le enrojecían las orejas.
—Esas mujeres de antes… ¿quiénes eran exactamente? —preguntó él en voz baja y con curiosidad.
Maia sintió una ligera sequedad en la garganta, pero la disipó con una risa fácil. —No eran más que un grupo de mujeres locas, eso es lo que eran. Me engañaron para que viniera, intentaron quitarme algo, fracasaron y ahora están haciendo un berrinche.
¿Ya leíste esto? Solo en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.c🍩𝗺 en cada capítulo
Su tono era ligero y desdeñoso, pero aun así hizo que los profundos ojos de Chris se oscurecieran ligeramente.
—¿En qué habitación estabas antes? —preguntó con un tono aparentemente casual.
Maia parpadeó sorprendida y dudó. —Eh… 502. ¿Por qué?
Chris respondió con un tono despreocupado: «Qué curioso. Estábamos en la misma planta». Sacó el móvil del bolsillo y escribió un mensaje rápido sin decir nada más.
Un pensamiento repentino se le ocurrió a Maia, haciendo que se enderezara en su asiento y que una expresión de preocupación se dibujara en su rostro. —Señor Cooper, ¿le he entretenido en algo importante? No habrá estropeado ninguno de sus planes, ¿verdad?
Su expresión sincera hizo que Chris levantara una ceja, divertido. «¿Ni siquiera sentiste curiosidad por saber con quién estaba esta noche? ¿Quizás te preguntaste si había alguna mujer cerca?».
La pregunta hizo que Maia se tensara ligeramente. Desvió la mirada y respondió en voz baja: «Lo que usted haga es asunto suyo. No tengo derecho a preguntarlo».
«Pero somos marido y mujer».
Durante un segundo, Maia se quedó sentada, sin poder articular palabra.
Precisamente porque entendía qué tipo de hombre era Chris, no preguntó.
Su matrimonio siempre había sido un acuerdo, no se basaba en el amor ni en la confianza.
Chris no iba a cambiar por un matrimonio sin amor verdadero.
Consciente de ello, se recordaba constantemente a sí misma que no debía entrar en su mundo personal, por muy cerca que vivieran bajo el mismo techo.
.
.
.