Resurgiendo de las cenizas. - Capítulo 1157
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1157:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
«No tenemos otra opción. Faceless ocupa el cuarto puesto en nuestra organización y su maestría en el arte del disfraz no tiene rival», respondió Raegan mientras se colocaba una máscara sobre el rostro y sacaba una pistola del maletín.
En el momento en que se abrió la puerta del vehículo, Chris rodó hacia un lado y se agachó detrás de un cubo de basura abollado para protegerse. Los disparos impactaron en el metal con un sonido sordo, amortiguado por los silenciadores. Los atacantes salieron del coche con máscaras idénticas, sus armas silenciadas brillando en la oscuridad.
«¡Rápido! ¡Sacadlo de ahí!», gritó una voz autoritaria de mujer que se alzó por encima del caos.
Al oír su tono y ver esas máscaras, Chris entrecerró los ojos.
Era Raegan, junto con los miembros de The Mask.
Esa revelación no tenía sentido.
Los pensamientos de Chris giraban vertiginosamente, tratando de encajar las piezas de posibilidades que parecían imposibles. No era la primera vez que esto sucedía… y le había dado a Raegan más que suficientes advertencias.
Un dolor punzante atravesó el cráneo de Chris, como si una cuchilla le estuviera cortando la mente. La migraña lo golpeó con una fuerza brutal.
«¡Matadlo! No debe hablar de lo que ha visto hoy». La orden de Raegan resonó con firme determinación.
«¡Sí, señora!».
Chris se apoyó contra la pared, con el pecho subiendo y bajando con respiraciones entrecortadas.
El sonido de las botas se acercaba, apretando el lazo que lo rodeaba.
Sin previo aviso, se escucharon disparos.
Inmediatamente después se oyó una serie de pasos apresurados.
Al levantar la cabeza, Chris se preguntó si el dolor cegador le había llevado a tener alucinaciones, porque Maia apareció de repente ante él, sin que él hubiera oído ni un solo paso acercándose.
ᴜʟᴛιмσѕ ᴄαριᴛυʟσѕ ɴσνєʟaѕ4𝒻αɴ.çøm
—¡Chris! ¿Me oyes? —Maia se abalanzó hacia él y lo agarró justo cuando perdía el equilibrio.
Al ver su piel fría y su rostro empapado en sudor, supo exactamente lo que estaba pasando.
«¡Quédate conmigo! Te llevaré al hospital ahora mismo».
Fuera de la sala de urgencias del Hospital Central de Wront, Maia caminaba de un lado a otro, dejando una huella en el suelo.
No entendía por qué Chris se había visto envuelto en tal peligro, pero sabía una cosa: si ella y los guardias de Pattie no hubieran llegado en ese momento, podrían haberse encontrado con su cadáver en lugar de esperar a los médicos.
Esa escalofriante idea le provocó un escalofrío que le recorrió la espalda.
La importancia de Chris para el plan de Zoey no era lo único que le preocupaba. La verdad más profunda era que él era su marido. Se acabaron las mentiras, se acabaron las excusas endebles: Maia sabía que ya se había rendido. El silencioso cuidado de Chris había roto sus defensas congeladas.
—Chris, por favor… ¡no puedes dejarme ahora! —susurró Maia entre dientes.
.
.
.