Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 115
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Capítulo 115:
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Por un momento, Vincenzo dudó.
No era propio de él entrometerse en planes turbios. Su reputación se había forjado sobre negocios limpios. Pero mientras sopesaba la situación, se recordó a sí mismo la verdad: a Maia le habían robado lo que era legítimamente suyo.
Atraída por las mentiras de Rosanna, había entrado directamente en un mercado negro clandestino mientras buscaba el brazalete. Ahora era evidente lo maliciosas que habían sido las intenciones de Rosanna. No solo quería impedir que Maia recuperara el brazalete, sino también asegurarse de que pagara un alto precio por intentarlo.
Y en situaciones como esta, parecía justo que un embaucador fuera engañado por su propio juego.
La duda en el rostro de Vincenzo se disipó y se convirtió en una determinación firme. Asintió con decisión.
—De acuerdo. Hagámoslo.
A la mañana siguiente, Rosanna ya estaba despierta, prácticamente vibrando de emoción.
Durante la noche, uno de los dos postores con mucho dinero se había retirado de la subasta, fijando el precio final en la asombrosa cifra de doscientos cuarenta millones de dólares.
Sin perder un segundo, se puso en contacto con el comprador restante, preocupada por que pudiera echarse atrás, y concertó una reunión para las nueve en punto.
Su plan original era quedarse con el brazalete para controlar a Maia. Pero frente a la perspectiva de ganar doscientos cuarenta millones, esa idea ahora le parecía ridícula.
Vender el brazalete lo antes posible era la decisión más inteligente. Alargar las cosas solo traería problemas.
Después de envolver cuidadosamente el brazalete, Rosanna lo guardó en su bolso. Al salir de su habitación, una burbujeante sensación de triunfo se apoderó de ella y luchó por ocultar la sonrisa que se dibujaba en su rostro.
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Sin embargo, justo cuando llegaba a la escalera, se topó con Jarrod, que salía de su habitación.
Aún medio dormido, Jarrod entrecerró los ojos al ver a Rosanna vestida y lista para salir, y le lanzó una mirada interrogativa. —¿Tan temprano, Rosanna?
Recuperando la compostura, Rosanna apretó rápidamente los labios y soltó una excusa casual. —He quedado con Stacy para ir de compras.
El rostro de Jarrod se ensombreció. —¿Otra vez Stacy? Era dependienta en una tienda de cosméticos. Después de conocerte, utilizó tus contactos para ligarse a esos hombres ricos, e incluso está dispuesta a ser amante. Es intrigante y sin escrúpulos. Deberías dejar de relacionarte con ella.
A sus ojos, Stacy nunca había valido mucho. Estaba claro que la estaba utilizando como trampolín para ascender. Sin embargo, Rosanna, demasiado bondadosa y confiada, la había acogido sin pensarlo dos veces.
El disgusto de Jarrod solo se había intensificado al descubrir que Maia se había involucrado con un tipo de hombre similar.
Las malas compañías tienden a contagiarse, y él temía que Rosanna empezara a aprender sus trucos.
Rosanna apretó el bolso con más fuerza, puso los ojos en blanco y cambió de tema rápidamente. —Bueno, ¿qué tal te va?
Al oír mencionar el secuestro y la vergüenza que había sufrido el día anterior, a Jarrod le latían las sienes con irritación.
«Nada todavía. Ahora que lo mencionas, debería ir a la comisaría y presionarlos un poco. Si siguen dando largas, me aseguraré de que no tengan más remedio que actuar».
Murmurando entre dientes, se volvió hacia su habitación para asearse y prepararse.
Al verlo retirarse, Rosanna finalmente bajó la guardia. Sin perder un segundo, salió de la casa y siguió la dirección que le había dado el comprador, llegando frente a una joyería y tienda de antigüedades.
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