Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 108
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Capítulo 108:
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Abrumada y sin saber qué decir, Rosanna simplemente los ignoró a todos. Por ahora, decidió esperar a que la investigación oficial limpiara su nombre. Una vez que eso sucediera, ella se reiría última.
Mientras hojeaba distraídamente una publicación tras otra, un titular le llamó la atención y la despertó de su ensimismamiento:
«Misterioso magnate ofrece ciento cincuenta millones de dólares por una pulsera de jade verde».
El artículo iba acompañado de una foto que mostraba una pulsera idéntica a la que Vicki había dejado.
Al desplazarse por los comentarios, vio que los internautas estaban enloqueciendo.
«¡Madre mía! ¿Qué tipo de pulsera es esta? ¿150 millones de dólares? O no sé nada de antigüedades o los ricos se han vuelto locos oficialmente».
«Ya ni siquiera son 150 millones. Dos magnates se pelean por ella. El precio se está disparando».
«Imagina ser dueño de eso. Serías más rico de lo que jamás habías soñado. ¡Ahora vale más de 150 millones! Tus hijos y nietos nunca tendrían que trabajar».
«¿Por qué no me pasa algo así a mí…?»
Con el corazón latiéndole a mil, Rosanna siguió rápidamente el rastro hasta un foro repleto de actualizaciones en directo.
Ante sus ojos, se desarrollaba la guerra de pujas.
El último mensaje decía: «¡Nueva puja! ¡Doscientos millones de dólares!».
Apenas habían pasado diez minutos cuando apareció otra notificación. «¡La puja acaba de subir otra vez! ¡Ahora está en doscientos veinte millones de dólares!».
El número golpeó a Rosanna como un mazazo. Su visión se nubló y su cabeza dio vueltas, incrédula.
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¿Podía ese brazalete valer realmente una cantidad tan exorbitante? Su mente volvió a los comentarios casuales de Maia en el hospital ese mismo día. Con dos magnates enzarzados en una guerra de pujas, no había duda. Tenía que ser una antigüedad de valor incalculable.
La emoción iluminó el rostro de Rosanna y, por más que lo intentó, no pudo ocultarla. Le temblaban las manos, demasiado inquietas para permanecer quietas.
Más de 200 millones… y el precio seguía subiendo. Si recuperaba ese brazalete, tendría la vida solucionada.
Ayudar a la familia Morgan a salir de su crisis con el dinero ni siquiera se le había pasado por la cabeza. Al fin y al cabo, ella tenía sus propios planes: aprovechar la situación para acelerar su matrimonio con Vince. Con la intervención de la familia Ward, los Morgan se recuperarían fácilmente, sin necesidad de que ella sacrificara nada.
Mientras tanto, al otro lado de la ciudad, Jarrod se topó con la publicación viral sobre la pulsera.
Sin perder un segundo, marcó el número de Rosanna. «¡Rosanna, tienes que ver esto! ¡Alguien está ofreciendo una fortuna por una pulsera que es exactamente igual a la que dejó la abuela!».
En realidad, solo Rosanna y Jarrod habían visto la pulsera de cerca. Sandra y Richard ni siquiera sabían que existía.
Rosanna exclamó fingiendo sorpresa. «¡Dios mío, es igual!».
La frustración estalló en Jarrod, que se dio una palmada en el muslo. «¡Maldita sea! ¿Cómo has podido venderla? ¡Con más de 200 millones de dólares podríamos haber sacado a la familia Morgan de este apuro!».
A Rosanna se le llenaron los ojos de lágrimas y se aseguró de que su voz temblara al hablar. «Lo siento mucho, Jarrod… No tenía ni idea de que valiera tanto. Fui descuidada y ahora los Morgan han perdido la única oportunidad que teníamos de sobrevivir. Supongo que… la suerte no está de mi lado».
Su tono arrepentido y compungido ablandó al instante el corazón de Jarrod.
«Olvídalo. No es culpa tuya. Yo también vi el brazalete y tampoco sabía que valía nada. Lo hecho, hecho está. Pero no se lo digas a papá ni a mamá. Si se enteran, se volverán locos. ¿Entendido?».
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