Resurgiendo de las cenizas - Capítulo 105
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 105:
🍙🍙 🍙 🍙 🍙
En muchos sentidos, las comidas que preparaba funcionaban mejor que cualquier medicina.
Al principio, sus primeros platos tenían un sabor horrible: fuertes, amargos y difíciles de tragar. Pero Maia no se rindió. Experimentó, ajustó y perfeccionó sus técnicas hasta ahora, cuando su comida no solo curaba, sino que también estaba deliciosa.
Durante el tiempo que pasó encerrada, Maia se dedicó a preparar comidas para Zoey. Observó cómo Zoey recuperaba poco a poco sus fuerzas y se dio cuenta del poder que tenía la comida para cambiar la salud de una persona.
Zoey nunca perdía la oportunidad de bromear con ella, diciéndole que Maia había conseguido incluso eclipsarla.
Sin embargo, un profundo remordimiento se aferraba al corazón de Maia. Si hubiera sabido entonces lo que sabía ahora, si hubiera comprendido cómo combatir la enfermedad con la comida, tal vez la salud de Vicki no se habría deteriorado tanto. Tal vez Vicki todavía estaría aquí.
Fue ese profundo remordimiento lo que empujó a Maia hacia el mundo de la medicina. Fue la razón por la que se dedicó en cuerpo y alma al estudio de la nutrición y la curación a través de la alimentación.
La determinación ardía en su interior incluso entonces. Juró que nunca volvería a quedarse de brazos cruzados mientras alguien a quien amaba sufría.
Kathie no tenía nada urgente. Se trataba de una enfermedad crónica que requería cuidados constantes. Maia creía que si Kathie seguía con estas comidas terapéuticas, pronto se recuperaría.
Después de guardar la comida recién preparada en un recipiente térmico, Maia se puso el abrigo y se dirigió al hospital.
Normalmente, Ethan siempre estaba al lado de Kathie. Hoy, extrañamente, el niño no estaba por ninguna parte.
Para no molestar a Kathie, que dormía profundamente en la habitación, Maia dejó la fiambrera en silencio sobre la mesita de noche.
Actualizaciones diarias desde ɴσνєℓα𝓼𝟜ƒα𝓷.𝒸ø𝗺 con sorpresas diarias
Sin embargo, incluso ese pequeño ruido despertó a Kathie. Abrió los párpados y esbozó una leve sonrisa. —Has vuelto.
—Sí. —Una suave sonrisa se dibujó en el rostro de Maia mientras acercaba una silla—. Te he traído algo. Debes de tener hambre. Comamos mientras está caliente.
Tras asentir con la cabeza, Kathie dejó que Maia la ayudara a acomodarse entre las almohadas. Maia abrió la fiambrera y sacó la comida.
Kathie la observó durante un largo rato. Luego, en voz baja, preguntó: «Este hospital es muy lujoso. Debe de costar mucho mantenerme aquí, ¿verdad?».
Sin perder el ritmo, Maia colocó la comida con cuidado y dijo en un tono tranquilo: «No te preocupes por eso. Solo concéntrate en recuperarte».
Aunque parecía más tranquila, la expresión preocupada de Kathie persistía. Después de varios intentos fallidos, finalmente habló en voz baja: «¿Es cierto lo que dijo Sandra? ¿De verdad estás ganando dinero con…?»
La última parte se le atragantó en la garganta, las palabras eran demasiado duras para pronunciarlas en voz alta.
Maia dudó un instante antes de levantar el plato de sopa que acababa de preparar. Se sentó frente a Kathie y sopló suavemente sobre una cucharada humeante.
«No creas ni una palabra de lo que ha dicho Sandra. Son solo tonterías».
Kathie exhaló un suspiro tembloroso, y su alivio se convirtió rápidamente en preocupación al fruncir el ceño. «Entonces, ¿de dónde ha salido todo tu dinero? Maia, no me lo endulces para que me sienta mejor».
Una suave sonrisa se dibujó en los labios de Maia mientras miraba a Kathie a los ojos sin pestañear. —Tranquila, Kathie. Cada centavo que gasté, lo gané honradamente.
«Pero acabas de salir de la cárcel», dijo Kathie, con la confusión reflejada en su rostro. «¿Ya has encontrado trabajo?».
«Sí. Una antigua compañera del instituto tiene ahora una empresa. Trabajo para ella», respondió Maia con sencillez.
No quería que Kathie se preocupara, así que le contó una verdad a medias cuidadosamente elegida. Aun así, no era mentira: Pattie era ahora la directora general de MCN y Maia dirigía el equipo de diseño. Todo lo que decía era cierto.
.
.
.