Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 326
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 326:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Lo golpeé con más fuerza contra el árbol, y la corteza se astilló bajo el impacto.
Pero matarlo… no. Eso sería demasiado fácil.
—Todavía no —dije con voz fría y cortante—. No vas a morir antes de comprender exactamente lo que has perdido.
Lo solté, dejándolo caer al suelo en un montón. Tosió, agarrándose la garganta, pero ya se estaba levantando a duras penas, con la sonrisa intacta.
—¿Eso es todo lo que tienes? —dijo con voz ronca, áspera pero aún rebosante de arrogancia.
—No —dije simplemente, retrocediendo—. Ni de lejos.
Aiden apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que yo me transformara, y mi lobo se abalanzó hacia él con un rugido que sacudió los árboles a nuestro alrededor.
Él también se transformó, su lobo era más pequeño, pero igual de feroz.
La lucha se volvió salvaje, primitiva: dientes y garras desgarrando la carne, sangre manchando el suelo.
No me importaba el dolor. No me importaban las heridas que me infligía. Lo único que me importaba era hacerle sentir.
Cada gramo de rabia, cada momento de traición, cada pedazo de mi alma que había intentado arrancarme.
La batalla continuó, ninguno de los dos cedía ni un centímetro, pero no importaba. No se trataba de ganar o perder. Se trataba de acabar con ello.
Finalmente, lo inmovilicé, con mis mandíbulas alrededor de su garganta. Su lobo gimió, su cuerpo temblaba bajo el mío.
—Ríndete —gruñí a través del vínculo mental, con voz atronadora.
Úʟᴛιмσѕ cαριᴛυʟσѕ єɴ ɴσνє𝓁a𝓈𝟜𝒇𝒶𝓃.𝒸o𝓂
Aiden no respondió, pero podía sentir el miedo que irradiaba. Por una vez, no tenía ningún comentario sarcástico.
—¡Ríndete! —rugí de nuevo, apretando mi agarre lo suficiente como para hacerle sangrar. Esta vez, lo hizo.
Su lobo volvió a transformarse, y su cuerpo se desplomó contra el suelo, derrotado. Yo también me transformé y me quedé de pie sobre él, con el pecho agitado.
—Se acabó —dije con voz mortalmente tranquila—. No vas a volver aquí. No vas a tocar a mi manada. Y puedes estar seguro de que no vas a acercarte a Jasmine.
Aiden me miró, con la cara ensangrentada y magullada, pero aún con una sonrisa débil pero desafiante.
Ya lo veremos —murmuró, con voz apenas audible.
No le di la satisfacción de responder.
Dando media vuelta, me alejé, dejándolo allí, en el suelo, donde jodidamente pertenecía. Pero mientras regresaba a la casa de la manada, el peso de todo volvió a golpearme. Jasmine se había ido.
Se había ido, y ninguna cantidad de lucha, ninguna cantidad de sangre derramada, la traería de vuelta.
Y, por primera vez en mi vida, me sentí verdaderamente impotente.
Punto de vista de Jasmine
Decir que estoy jodidamente enfadada es quedarse corto. Estoy furiosa, lívida. Enfadada con todo el mundo, con todo. ¿Por qué siempre tiene que pasar esta mierda?
Cada maldita noche, Ryder volvía arrastrándose a mis brazos, temblando como una maldita hoja, destrozado por ataques de pánico, pesadillas, lo que fuera que lo atormentara. Y como la esposa cariñosa y crédula que era, lo tranquilizaba, lo abrazaba y le decía que todo iba a estar bien. Le acariciaba el pelo, le susurraba que le quería, que nunca le abandonaría, que juntos podríamos superar cualquier cosa.
¿Y mientras tanto? Tenía un puto hermano.
.
.
.