Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 321
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 321:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Maté a mi hermano.
No con mis manos, no. Pero con mis mentiras, mis intrigas. Lo condené a muerte, y la culpa era una marca grabada a fuego en mi piel, un recordatorio de que, por mucho que me aferrara al trono, ya había perdido lo único que no podía reemplazar. Mi cordura.
¿Por qué no me esperaba ese giro? Aiden no había muerto. Isabelle tenía toda la razón. Y ahora había vuelto, con cualquier plan que se le hubiera ocurrido.
—Nunca quisiste la manada, Aiden —gruñí, con el recuerdo avivando mi ira.
—Tú querías poder. Hay una diferencia.
—Y tú eres mucho mejor, ¿verdad? —replicó con voz afilada—. El Alfa perfecto, haciendo lo que sea necesario para mantener intacto tu pequeño reino. Incluso si eso significa mentir a tu compañera.
Me estremecí ante sus palabras, la verdad que había detrás de ellas me golpeaba más fuerte de lo que quería admitir.
—No metas a Jasmine en esto. Si vuelves a mencionar su nombre, te arrancaré el corazón, joder —amenacé.
—Es preciosa, lo admito. Pero no se merece a un capullo como tú —sus palabras fueron afiladas y me atravesaron.
Joder, sí. Sé que ella no me merece. Joder, sí. Ella se merece lo mejor. Pero Jasmine es mía y solo mía.
—Me encantará ver tu cara cuando finalmente me haga con el control de la manada, la empuje contra la pared, le meta la polla hasta los huevos y la haga gemir mi nombre —sonrió con aire burlón, mirándome como si fuera… ¿qué? ¿Indefenso?
Ace gruñó dentro de mí. La última pizca de autocontrol que me quedaba se rompió y gruñí, transformándome en mi forma de lobo. No podía confiar en mi forma humana para matarlo porque era mi sangre, pero podía confiar en Ace.
Él también se transformó. Las garras se encontraron mientras luchábamos en la habitación.
Tu siguiente lectura está en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.𝒸𝓸𝗺
Justo cuando iba a arrancarle el corazón, se abrió la puerta de la habitación.
Kade entró, con la misma expresión que Jasmine y yo cuando vimos a Aiden.
Entró y Aiden, aprovechando la oportunidad, intentó burlarme, pero lo inmovilicé más rápido.
«Yo me encargo de esto, Alfa. Jasmine está a punto de marcharse». Se me encogió el corazón. Eso era exactamente lo que temía. Mi maldito miedo, y una cosa tiene el miedo… que siempre se cumple.
Ya se encargarían de Aiden más tarde, tal y como había dicho Kade. Lo liberé y volví a mi forma humana. Tenía las manos empapadas de sangre, gracias a Aiden. De verdad quería arrancarle el corazón; eso le habría servido de maldita lección por las palabras que había dicho. Pero sabía que ya le había hecho suficiente daño.
Salí corriendo en busca de Jasmine y Enzo. Estaba a punto de marcharse.
La sangre de mis manos ya había empezado a secarse y su olor impregnaba el aire mientras corría por el camino de grava. Mi pecho se agitaba con cada paso, cada respiración era aguda y ardiente, pero no me importaba. Mi lobo, Ace, gruñía, daba vueltas y me empujaba hacia adelante.
Porque lo sabía, joder. Sabía que si no la detenía ahora, podría perderla para siempre.
—¡Jasmine! —grité con la voz ronca mientras tropezaba en el claro justo a tiempo para ver el coche de Enzo empezando a avanzar.
Mi corazón se hundió. Era mi maldito miedo mirándome a la cara, destrozándome por dentro.
.
.
.