Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 278
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 278:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Solté una risa amarga, un sonido hueco y dolorido. «Me ves como alguien bueno, alguien digno de tu amor. Pero no lo soy. No soy quien crees que soy».
Sus ojos se agrandaron y la confusión se reflejó en su rostro. «Ryder…«
Me levanté bruscamente y empecé a dar vueltas por la habitación, pasándome las manos por el pelo. Sentía que las paredes se cerraban sobre mí.
Las paredes volvían a cerrarse, los recuerdos me arañaban, exigiendo ser reconocidos.
Ella era mi luz, mi esperanza, mi adicción.
Y aunque mi pasado intentara arrastrarme de nuevo a la oscuridad, sabía una cosa con certeza: lucharía con todas mis fuerzas para evitar que esa luz se apagara.
Porque sin ella, no era nada.
Mi cabeza parece como si acabara de correr una maratón, latiendo con un ritmo que me da ganas de golpear algo, o a alguien. También me duele el cuello, ese dolor molesto que no puedes quitarte de encima, pero que de alguna manera te encuentras inclinándote hacia él.
Jason. El pensamiento de él se cuela en mi mente antes de que pueda detenerlo, y mi corazón da un vuelco, luego se encoge. Está muerto. Debería sentir alivio. No lo siento.
Miro al otro lado de la cama. Vacía. Otra vez. Ryder ha estado desapareciendo al amanecer estos últimos días, dejando nada más que sábanas frías y silencio. Nunca dice por qué, y yo he dejado de preguntar. Me digo a mí misma que está haciendo lo mejor para nosotros.
Pero sigue doliendo como el infierno.
Se niega a marcarme. Se niega. ¿Su excusa? Que si lo hace, me matará debido a los lazos de sangre que aún tengo con mi pasado jodido. Como si necesitara otro recordatorio de lo mucho que mi vida es un desastre.
Te espera más contenido en ɴσνєʟα𝓼4ƒα𝓷.𝒸𝑜𝗺
Gimiendo, me levanto de la cama y me arrastro hacia el baño, con el pelo revuelto y el ánimo aún peor. Seraphina no está aquí para regañarme por los horarios o cualquier otra tontería real que cree que debería importarme hoy. Eso significa que soy libre de lamentarme, echarme una siesta o mirar al techo como una muñeca rota.
¿Pensar en Jason? Ni hablar. ¿Revivir mi trágico pasado? Ni por asomo.
Pero, por supuesto, mi traicionero cerebro no se entera. Los recuerdos se cuelan de todos modos: llamar «mamá» a la mujer equivocada, confiar en las personas equivocadas y Jason… Oh, Jason. Mi supuesto hermano. Mi traidor. He pasado años viviendo en una red de mentiras y las consecuencias siguen destrozándome por dentro.
Entro en la ducha y dejo que el agua golpee mi piel como un castigo hirviente. Ojalá pudiera quemar el dolor, lavar mis pedazos rotos por el desagüe. Pero no lo hace. Nunca lo hace.
Cuando termino, me pongo una bata ligera y vuelvo al dormitorio, pero Ryder sigue sin aparecer. Mi compañero, mi marido, el hombre que se supone que debe hacer que todo esto sea soportable… ha desaparecido. Si al menos me hubiera marcado ya, quizá dejaría de sentirme como si estuviera aquí a medias, perdida.
¿Y Layla? Sigue en silencio. Gracias a la maldita raíz de velo, llevo días sin oír su voz y me está matando. Ella es mi ancla, mi loba, y sin ella, apenas puedo mantenerme en pie.
Los días sin su vocecita sarcástica fueron un auténtico infierno. Dame una buena razón para no celebrar la muerte de Jason y te daré cien razones por las que me alegro de que la daga de Ryder le atravesara el pecho.
Un golpe en la puerta me saca de mi espiral de autocompasión. Definitivamente no es Ryder. Ese hombre no llama a la puerta, irrumpe como el bastardo engreído que es, con las botas resonando contra el suelo y una sonrisa burlona en los labios.
—Adelante —digo con voz molesta.
.
.
.