Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 265
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Capítulo 265:
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Se me cortó la respiración. El corazón me latía tan fuerte que creí que se me saldría del pecho. Había llegado el momento. La ruptura definitiva de la cadena que me había atado a esta pesadilla. Miré a Jason, cuyo rostro era ahora una máscara de pánico e incredulidad.
Tragué saliva y hablé con voz firme pero cortante. «Yo, Jasmine, acepto tu rechazo».
Las palabras salieron de mis labios y, por primera vez, sentí que un peso se me quitaba de encima. Fue doloroso, sí, como arrancar una espina clavada profundamente en la piel, pero el alivio que siguió mereció la pena. Jason retrocedió tambaleándose, con el rostro retorcido por el dolor al romperse el vínculo. Stephanie abrió los ojos con horror, dándose cuenta demasiado tarde de lo profunda que era la traición.
Apenas tuve tiempo de procesarlo cuando Ryder se movió, rápido, frío y letal.
El destello de la daga de bolsillo fue casi demasiado rápido para verlo. Antes de que pudiera pestañear, Ryder clavó la hoja directamente en el pecho de Jason. El sonido de la hoja perforando la carne fue repugnantemente suave, casi gentil, en contraste con la violencia del acto.
Los ojos de Jason se abrieron con espanto, y abrió la boca como si quisiera hablar, pero no le salieron las palabras. La sangre manchó su camisa, extendiéndose como una flor oscura y floreciente. Se desplomó en el suelo, sin vida.
El tiempo pareció detenerse. Miré el cuerpo del hombre que una vez había sido mi compañero. El hombre que me había destruido, utilizado y convertido mi vida en algo irreconocible. Y ahora se había ido. Así, sin más.
El aire parecía demasiado denso para respirar. Mi corazón latía con fuerza y mis oídos resonaban con el silencio que siguió.
Ryder se volvió hacia mí, con los ojos duros e indescifrables, pero debajo de ellos vi una tormenta de emociones: protección, rabia, culpa. Lo había hecho por mí. Por nosotros. Y yo no sabía cómo sentirme.
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Bajé la mirada hacia el cuerpo de Jason. Pensé que sentiría alivio, satisfacción, algo. Pero lo único que sentía era entumecimiento. Los rumores eran ciertos. Ryder era despiadado, intrépido. Pero lo había hecho para protegerme. Para liberarme.
El grito de Luna Anna rompió el silencio, crudo y lleno de furia. Pero no me importaba. Ella era parte de este lío, parte de las mentiras y el dolor que me habían encadenado. Que se enfadara. Que sufriera las consecuencias de los actos de su hijo.
La mano de Ryder me tocó suavemente el brazo, devolviéndome a la realidad.
—Se acabó —susurró.
Asentí, con un hilo de voz. —Sí. Se acabó.
Cuando nos dimos la vuelta para marcharnos, no miré atrás. La manada Silverclaw no era más que un cementerio, el cementerio de mi confianza, de mi inocencia y de Jason.
Había acabado con los fantasmas.
En cuanto cruzamos el territorio de Silverclaw, mis instintos se agudizaron. El aire estaba cargado de engaño, traición y un hedor que no podía ignorar. Apreté los dientes y Ace, mi lobo, se movía dentro de mí, conteniendo a duras penas su furia. Mi ira era igual a la suya. La idea de la traición de Jason hacia Jasmine, mi compañera, me hacía hervir la sangre.
Eché un vistazo a Jasmine, que estaba a mi lado. Sus ojos estaban fríos, pero la tensión en sus hombros delataba su inquietud. Este lugar la había herido profundamente y ahora tenía que enfrentarse a él. Odiaba que estuviera allí, pero teníamos que acabar con esto. Ace gruñó en voz baja, exigiendo justicia, y yo juré en silencio que la obtendríamos.
El coche se detuvo frente al almacén. Respiré hondo, reprimiendo mi rabia por el momento. Al salir, vi cómo Alpha Thane se acercaba hacia nosotros, con una expresión de satisfacción que me enfurecía. Detrás de él apareció Luna Anna, que posó sus ojos en Jasmine con una sonrisa burlona que me revolvió el estómago. Jasmine se tensó al verla y yo apreté los puños, luchando por controlarme.
—Alpha Ryder —dijo Thane con frialdad—. Esto es inesperado.
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