Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 253
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 253:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Exhalé un aire tembloroso, con el pecho oprimido por la frustración. Si la marcaba, la mataría. El vínculo se encendería dentro de ella, pero en lugar de fortalecerla, la destruiría. El veneno de la raíz velada seguía en su organismo. Vería cómo su cuerpo ardía desde dentro y no podría hacer nada para impedirlo.
La idea me revolvió el estómago, y la rabia y la impotencia se mezclaron en una tormenta que no podía controlar. Ace gruñó, reflejando mi propia furia.
—No es justo —espetó—. Es nuestra. Se supone que debemos protegerla, reclamarla.
Cerré los ojos, con la cabeza a punto de estallar. Tenía razón. Todos mis instintos gritaban que era mía. La necesidad de marcarla, de atarla a mí para siempre, era una fuerza primitiva que arañaba mis entrañas. Pero el miedo a perderla, a verla escapar por mi culpa, era más fuerte.
Abrí los ojos y la encontré mirándome, con la mirada incierta, inquisitiva. ¿Sabía lo cerca que estaba del abismo? ¿Lo cerca que estaba de derrumbarme y rendirme al hambre que ardía en mi interior?
Su aroma se intensificó y mi pulso se aceleró. Se movió ligeramente, apretando los muslos, un movimiento sutil, pero yo lo capté. Apreté la mandíbula y sentí un calor en la parte baja del abdomen. Mis ojos siguieron la curva de su cuello, el lugar donde debería estar mi marca.
Ace gruñó, profundo y ronco. —Ella también nos desea.
Lo sabía. Lo veía en la forma en que se aceleraba su respiración, en la forma en que se oscurecían sus ojos cuando se encontraban con los míos. Podía sentir su necesidad, su cuerpo llamándome. Y era una tortura.
Di un paso hacia ella antes de poder detenerme. Sus ojos se agrandaron, sus labios se separaron ligeramente y apenas pude reprimir un gemido. Ni siquiera se daba cuenta del poder que tenía sobre mí. Cada movimiento, cada mirada, encendía algo peligroso en mi interior.
Me detuve justo delante de ella, con las manos temblando por el esfuerzo de mantenerlas a los lados. Bajé la mirada hacia su boca, suave y tentadora, y mi corazón latía tan fuerte que pensé que se me saldría del pecho.
Actualizaciones diarias desde ɴσνє𝓁α𝓼4ƒα𝓷.c♡𝓂 de acceso rápido
«Ryder…», susurró con voz entrecortada e insegura.
El sonido de mi nombre en sus labios casi me derrumba. Me incliné, solo un poco, tan cerca que podía sentir el calor de su aliento contra mi piel. Mis dedos ansiaban tocarla, atraerla hacia mí, perderme en ella.
Pero no lo hice.
Obligué a mi cuerpo a permanecer quieto, con todos los músculos gritando en protesta. Ace rugía dentro de mí, furioso, desesperado. «Está ahí mismo. Solo un roce, un beso».
Apreté los puños con tanta fuerza que se me pusieron blancos los nudillos. «No puedo arriesgarme», le espeté.
Los ojos de Jasmine buscaron los míos, con la confusión y el anhelo reflejados en su rostro. Podía ver cómo intentaba comprender por qué me contenía, por qué nos torturaba a ambos con esa distancia.
Tragué saliva con dificultad, con la voz áspera y tensa. —Quiero besarte —admití, con los ojos clavados en los suyos—. Quiero hacer mucho más que eso.
Su respiración se entrecortó y sus mejillas se sonrojaron aún más. Dios, era preciosa. Su inocencia y su fuego, mezclados, me hacían sentir un dolor que no podía explicar.
«Pero si lo hago…», mi voz se quebró y respiré con dificultad. «Si te hago daño, podría matarte, Jasmine».
Sus ojos se agrandaron y el miedo y la sorpresa se reflejaron en su rostro. Mi pecho se apretó aún más. Odiaba ver esa expresión en sus ojos. Odiaba que mi amor por ella conllevara ese peligro.
.
.
.