Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 230
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 230:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«¿Me estás diciendo que toda la vida de Jasmine ha sido una mentira?», espeté, con los puños temblando a los lados. «¿Que la mujer que decía protegerla la robó?».
Kade asintió con severidad. «Eso parece. Y si Luna Anna lo hizo, tenía una razón. Una razón que debemos comprender, y rápido».
Un gruñido se formó en lo profundo
de mi pecho, vibrando a través de cada fibra de mi ser. Mi visión se nubló de rojo por la rabia. La traición, la furia y el miedo se entremezclaron, alimentando al monstruo que había dentro de mí. Ace estaba listo para liberarse y destruir todo lo que se interpusiera en nuestro camino hasta recuperar a Jasmine.
«Nadie toca a nuestra compañera y vive», gruñó Ace con voz brutal y cruda.
«Quemaremos su mundo hasta los cimientos».
Dirigí mi mirada asesina hacia Kade. —Prepara a los hombres.
Él asintió con expresión seria. —¿Vamos al territorio de Silverclaw?
—Por supuesto que sí. —Mi voz era fría, tan afilada que habría cortado el acero—. Vamos a destrozar ese lugar, pedazo a pedazo. Y cuando recuperemos a Jasmine, yo mismo me encargaré de Luna Anna y Jason.
El gruñido de satisfacción de Ace retumbó en mi interior. Por fin.
Kade asintió y salió corriendo de la habitación, con sus pasos resonando con determinación. El silencio que siguió fue sofocante. Respiré temblorosamente, apretando y aflojando los puños. Mi mente era un torbellino de rabia y desesperación.
«Jasmine, aguanta», pensé. Mi corazón latía como un tambor de guerra, cada latido era una declaración de venganza. «Voy a por ti. Y cuando te encuentre, nada me impedirá destrozar a tus captores».
La furia de Ace y la mía se fundieron en una sola, una fuerza hirviente e imparable. Se acabó la espera, se acabó jugar limpio. Luna Anna había cometido un error, un error fatal. La caza había comenzado.
Capítulos recientes disponibles en ɴσνєʟα𝓼4ƒα𝓷.c○𝗺 actualizado
Punto de vista de Jasmine
Dolor. Eso era todo lo que sentía ahora.
Una agonía profunda y sofocante me envolvía, apretándome cada vez más con cada segundo que pasaba. Luché. Dios, luché. Mis muñecas se retorcían contra las ásperas cuerdas que me ataban a la silla, y las fibras se clavaban dolorosamente en mi piel. Pero por mucho que luchara, era inútil. Layla, mi loba, era apenas un susurro dentro de mí, su presencia se había debilitado hasta el punto de casi desaparecer. La raíz de velo que me habían dado esos dos hombres corpulentos estaba haciendo efecto.
No podía sentir su fuerza. No podía sentir su fuego. Y por eso, estaba sola.
Jason se cernía sobre mí, con sus helados ojos azules brillando con una satisfacción enfermiza. No le importaba mi dolor, ni lo que me estaba haciendo. Solo le importaba conseguir lo que quería. Sus dedos, firmes y fríos, se movían con rapidez. El cuchillo ritual atravesó su palma y luego la mía, y nuestra sangre se mezcló en el cuenco ceremonial.
Intenté apartarme, con todo mi cuerpo gritando en protesta, pero era como si mis extremidades estuvieran hechas de plomo. No podía moverme. No podía detenerlo. Mi corazón latía con fuerza en mi pecho, un latido frenético que me decía que estaba a punto de perderlo todo.
Entonces, sucedió.
El vínculo. El hilo invisible y precioso que me unía a Ryder, mi compañero, mi amor, se rompió como seda frágil. Un grito gutural se desgarró mi garganta, pero no era solo mío. En algún lugar, Ryder también gritaba. Sentí su agonía como si fuera mía. Su rugido resonó en mi mente, un sonido desesperado y desgarrador que me dejó sin aliento. No. No. No.
El dolor abrasador me quemaba por dentro, un fuego implacable que consumía cada terminación nerviosa. Mi visión se nubló y lágrimas calientes corrían por mi rostro mientras mi cuerpo se convulsionaba contra las ataduras. La sonrisa de Jason no se borró ni por un instante, sus ojos brillaban con triunfo mientras me veía derrumbarme. Lo había conseguido. El vínculo de sangre se había completado.
Jadeé, con el pecho agitado mientras intentaba recuperar el aliento. Pero faltaba algo, algo vital. El calor, la conexión, la constante seguridad de la presencia de Ryder… había desaparecido. Simplemente… desaparecido. Todo lo que podía sentir era vacío, como si me hubieran arrancado una parte de mí. Jason ladeó la cabeza, con los ojos llenos de cruel deleite.
—¿Lo ves? No ha sido tan difícil, ¿verdad?
.
.
.