Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 180
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Capítulo 180:
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Empecé despacio, provocando sus gemidos con movimientos deliberados. Mis manos encontraron sus muñecas y las inmovilizaron por encima de su cabeza mientras me movía más profundo, más fuerte, incapaz de contener el deseo primitivo que me consumía.
Sus gritos llenaron la azotea, cada uno de ellos estimulándome. Me incliné y rozé sus labios con los míos.
«Eres mía, Jasmine», gruñí. «Cada centímetro de ti me pertenece».
Su única respuesta fue un gemido entrecortado, su cuerpo arqueándose debajo de mí mientras la empujaba de nuevo hacia el borde.
Me perdí en ella. Su tacto, su sonido, la forma en que se retorcía debajo de mí… era todo un torbellino, embriagador. Quería imprimir mi marca en ella, asegurarme de que nunca olvidara a quién pertenecía.
Cuando su cuerpo se tensó alrededor de mí y su liberación la inundó con una fuerza que la hizo gritar mi nombre, la seguí, dejándome llevar por completo.
Nos quedamos así un momento, enredados, con nuestras respiraciones mezclándose en el silencio posterior.
Le desaté suavemente las muñecas, besando las marcas rojas que le habían dejado las esposas en la piel.
—¿Estás bien? —le pregunté, apartándole el pelo de la cara.
Ella asintió débilmente, esbozando una suave sonrisa.
«Eres insaciable», susurró con voz ronca.
«Y tú eres irresistible», respondí, atrayéndola hacia mí.
Su cuerpo encajaba con el mío como un rompecabezas destinado a completarse, pero mi necesidad por ella no se había saciado, solo había crecido. Verla derrumbarse debajo de mí había despertado algo primitivo, y yo aún no había terminado.
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Ahora respiraba con regularidad, sus pestañas revoloteaban contra sus mejillas sonrojadas mientras se tambaleaba al borde del sueño. Pero yo no estaba listo para dejarla descansar todavía. Mis dedos recorrieron su espalda, lentos y deliberados, trazando su columna vertebral y haciéndola estremecerse.
—Ryder… —murmuró, con voz suave y suplicante, aunque no se apartó.
Me incliné y rozé sus labios con los míos.
—No hemos terminado, pequeña zorra —susurré—. Te dije que no te dejaría escapar tan fácilmente.
Abrió los ojos, nublados por el cansancio y la excitación, pero antes de que pudiera decir una palabra, la giré y la tumbé boca arriba. Sus labios se entreabrieron en un suave suspiro cuando la besé profundamente, introduciendo mi lengua en su boca para reclamarla toda de nuevo.
Su cuerpo se arqueó contra el mío y deslicé una mano hasta su muslo, levantándole la pierna y colocándome entre sus piernas. Ya estaba caliente y lista, su cuerpo me acogía como si estuviera hecho solo para mí.
Volví a penetrarla y ella gritó, agarrando instintivamente mis hombros con las manos.
Mi nombre salió de sus labios como una plegaria mientras la penetraba, lento y profundo, sacando cada sonido que emitía.
—¿Sientes eso, Jasmine? —le susurré, rozando sus labios con los míos—. Eso es mío, cada centímetro de ti me pertenece.
Ella gimió, clavándome las uñas en la piel, pero sus caderas se movían al ritmo de las mías, respondiendo a cada embestida con una urgencia desesperada que solo me excitaba más.
El sonido de nuestros cuerpos chocando llenó la habitación. Sus gritos se hicieron más fuertes y su voz se quebró mientras se aferraba a mí.
—Ryder, por favor, no puedo…
—Sí que puedes —gruñí, capturando sus labios en otro beso apasionado—. Aceptarás todo lo que te dé, pequeña zorra. Y luego me suplicarás que te dé más.
Su cuerpo se tensó debajo de mí, su orgasmo la golpeó con fuerza y yo la seguí momentos después, gimiendo su nombre mientras me derramaba dentro de ella. La intensidad nos dejó a ambos temblando, pero incluso cuando su cuerpo se relajó contra el mío, no pude separarme.
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Nota de Tac-K: Tengan una gran semana queridas lectoras, Dios les ama y Tac-K les quiere mucho. (૭ 。•̀ ᵕ •́。 )૭
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