Rechazada por un Alfa, Mimada por un Lycan - Capítulo 128
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 128:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Ahora su mano se mueve con determinación, deslizándose entre mis muslos con una audacia que me deja sin aliento. No hay vacilación cuando sus dedos me encuentran, separando mis pliegues y deslizándose dentro sin previo aviso. Un grito ahogado se escapa de mis labios, la sensación es abrumadora cuando sus dedos se curvan dentro de mí, golpeando ese punto perfecto con cada embestida.
El ritmo de Ryder es lento al principio, provocador, alargando mi deseo hasta que roza la agonía. Pero entonces acelera, sus dedos me penetran más fuerte, más profundo, hasta que jadeo, agarrándome a él para apoyarme mientras oleadas de placer se acumulan dentro de mí. El sonido de nuestra respiración, el ritmo húmedo y obsceno de sus dedos dentro de mí… todo se mezcla, aumentando la intensidad del momento.
No puedo contener el gemido que se me escapa, mi cuerpo se arquea contra él cuando su pulgar roza mi clítoris, enviando descargas de placer a través de mi cuerpo.
«Te gusta, ¿verdad?».
«Te gusta, ¿verdad?», gruñe, con la voz oscura y llena de lujuria, su mano implacable mientras me lleva al límite. Me muerdo el labio, tratando de contenerme, pero es inútil: él sabe exactamente lo que está haciendo y no va a parar hasta que me derrumbe.
Ahora estoy temblando, cada nervio de mi cuerpo se ha encendido mientras los dedos de Ryder continúan su implacable asalto. Bombea más fuerte, más profundo, su pulgar frota círculos apretados sobre mi clítoris, enviando oleadas de placer que me atraviesan. Mis piernas empiezan a temblar, la tensión se acumula en mi interior, enroscándose más con cada embestida de su mano.
Ya no puedo contener los gemidos: cada sonido que escapa de mis labios es crudo, desesperado, mientras mis caderas empiezan a balancearse contra su mano, buscando más. Necesitando más.
«Ryder», jadeo, mi voz apenas un susurro, perdida en la neblina del deseo que se ha apoderado de mí.
𝑆𝒾𝑔𝓊𝑒 𝓁𝑒𝓎𝑒𝓃𝒹𝑜 𝑒𝓃 ɴσνєʟα𝓼4ƒ𝒶𝓷.c🍩𝗺 para seguir disfrutando
Sus labios están ahora en mi cuello, mordiendo, chupando, su aliento caliente contra mi piel.
«Estás cerca, ¿verdad?», gruñe en voz baja, las palabras vibrando a través de mí mientras curva los dedos en el ángulo perfecto, enviando una descarga de placer directamente a mi centro. Me arqueo hacia él, mis uñas clavándose en sus brazos mientras me balanceo al borde, tan cerca de derrumbarme por completo.
Él no se detiene, me empuja más, más fuerte, sus dedos se mueven con una precisión despiadada hasta que la presión que se acumula dentro de mí se vuelve insoportable. Todo mi cuerpo se tensa, el mundo da vueltas y finalmente me derrumbo a su alrededor, un grito agudo se escapa de mi garganta mientras el orgasmo me atraviesa, dejándome temblorosa y sin aliento en sus brazos.
—Ya conoces las reglas, pequeña Vixen. Esto no ha terminado. —Su voz es áspera, y me recorre un escalofrío por la espalda. Sigo temblando, pero no solo por la forma en que su voz me envuelve como un maldito tornillo de banco, sino por el orgasmo demencial que acaba de arrancarme.
¿Ryder? Va a ser mi perdición.
Mis ojos se clavan en los suyos, su mirada es dura, ardiente de deseo. Lujuria. Y algo más, algo primitivo. Su lobo. ¿Por qué demonios lucha siempre por mantenerlo encerrado? Como si fuera un oscuro secreto que no puede confiarme.
—Quiero verlo —digo sin pestañear, sosteniendo su mirada como un desafío.
Aprieta la mandíbula y entrecierra los ojos. Sabe muy bien lo que quiero decir.
—No estás preparada, Jasmine.
La forma en que pronuncia mi nombre… solo lo hace cuando habla en serio. Se trata de negocios, no hay duda. Niego con la cabeza, le agarro las manos y las aprieto con fuerza. No aparto la mirada.
—Tú no decides, Ryder. Quiero verlo.
Mi voz se vuelve más aguda con insistencia.
Cierra los ojos y puedo ver cómo lucha contra su lado salvaje, ese lado que solo he vislumbrado en contadas ocasiones. Su lobo está luchando por salir y él apenas puede controlarlo.
Gruñe en voz baja, con frustración en el tono.
—Ace no es delicado, Jasmine. Podría hacerte daño.
.
.
.