¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 500
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Capítulo 500:
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Los ojos de Bartley se nublaron de confusión. ¿Qué intentaba transmitir Katelyn con aquel gesto? ¿Estaba contenta o él lo había interpretado mal? Su mirada, distante y fría, desde luego no sugería aprobación.
Los labios de Katelyn se curvaron ligeramente, su rostro tranquilo, como si estuviera observando el desarrollo de una escena sin ninguna emoción en particular. «He conocido a gente atrevida antes», dijo con calma. «¿Pero tú? Te llevas la palma. Nunca había visto a nadie como tú».
La sonrisa de Bartley se desvaneció. «Hago esto para beneficio mutuo. Es un buen trato para los dos. Puedes pensar que no tengo corazón, pero en el mundo de los adultos, el amor no te lleva lejos. Lo que importa son los intereses».
Era agudo en los negocios, siempre centrado en el beneficio, y las emociones no eran más que obstáculos que había que sortear. Aunque Elora le había importado alguna vez, ese sentimiento se había desvanecido en el momento en que dejó de serle útil. La gente como Bartley no dudaba en marcharse cuando el beneficio desaparecía. Su corazón era tan frío como los tratos que hacía.
«No dejaré que mi matrimonio se convierta en una transacción comercial», dijo Katelyn, con voz tranquila pero firme. «Si de verdad te importa, deberías arreglar las cosas con Elora. La gente que te quiere por lo que eres, sin esperar nada a cambio, es rara. ¿Y las cosas que dan? El dinero no puede sustituir eso».
En su interior, Katelyn se esforzaba por comprender cómo alguien tan rico como Bartley podía seguir sintiéndose impulsado por un hambre de más, nunca satisfecho con lo que ya tenía.
A Katelyn no le interesaba la riqueza. Nunca dedicó tiempo a soñar con cuánto dinero quería o a planear cómo elevar su carrera. Para ella, tener lo suficiente para vivir cómodamente era más que suficiente. Su modo de vida relajado le parecía más sencillo que el de Bartley.
La sonrisa de Bartley vaciló y sus ojos se desviaron, como si un pensamiento inquietante cruzara su mente.
«Señorita Bailey», dijo lentamente, «¿no ha visto las noticias locales? Elora ha sido desheredada. Su familia la dejó de lado como si no fuera nada».
Los ojos de Katelyn se abrieron de par en par. «¿Qué? ¿Hablas en serio?»
Bartley asintió, con una leve sonrisa de complicidad. «Ya me has oído. Elora perdió su derecho a la fortuna familiar. Ya no es la heredera, ahora es una persona normal».
La expresión de Katelyn se volvió seria.
Recordaba que Breck había mencionado algo al respecto en el pasillo del hospital, pero en aquel momento lo había ignorado, pensando que no era más que una amenaza vacía para recordarle a Elora que debía comportarse. Nunca esperó que se hiciera realidad.
Las emociones de Elora ya eran frágiles. Apenas se había estado conteniendo, y si descubría que ya ni siquiera era la heredera de la familia, las cosas se desmoronarían rápidamente.
«¿Cuándo ocurrió esto?» preguntó Katelyn, respirando entrecortadamente mientras intentaba calmar la tormenta en su mente.
Bartley se encogió de hombros con indiferencia, como si no fuera para tanto. «Hace dos días, creo. Y, por supuesto, rompí nuestro compromiso el día anterior».
Katelyn lo reconstruyó. Todo esto había ocurrido mientras el conde Poulos estaba en su lecho de muerte. Eso explicaba por qué no se había enterado antes. Sus pensamientos se convirtieron en un torbellino.
Breck siempre había sido protector con Elora, sabiendo que ella no podría soportar más malas noticias. Entonces, ¿por qué estaba tan ansioso por cortarle el grifo? ¿La estaba empujando deliberadamente a una crisis nerviosa? Y Bartley siempre había sido frío y nunca le habían importado las consecuencias para Elora.
Katelyn salió de sus pensamientos y miró fijamente a Bartley. «Estuviste con ella durante años. ¿Realmente nunca sentiste nada por ella?»
Una sombra parpadeó en los ojos de Bartley.
«Se trata de ti y de mí», dijo, con voz firme pero con un toque de amenaza. «No metas a nadie más en esto. Si rechazas mi propuesta, te prometo que las cosas empeorarán».
Katelyn parpadeó, momentáneamente aturdida por sus palabras.
¿Esta era su idea de una propuesta?
Para él, el matrimonio no era más que otro negocio desprovisto de cualquier emoción o significado real. Un hombre como él no sería leal, ni a su mujer ni a su familia. Incluso después de los votos, buscaría su próxima ventaja. En cuanto apareciera alguien más útil en , propondría el divorcio y se marcharía sin pensárselo dos veces.
Era peor que Neil, mucho peor.
Mientras tanto, Jaxen abrió la puerta lo suficiente para escuchar, apretando el oído contra la rendija.
¿Había oído bien? ¿Bartley le estaba proponiendo matrimonio a Katelyn?
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