¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1643
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Capítulo 1643:
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Ashlyn miró a Katelyn y dejó escapar un suave suspiro. —Eres increíble —dijo con una leve sonrisa—. Apenas nos conocemos y, de alguna manera, puedes leerme como un libro abierto.
Ashlyn se dio cuenta de que, a este paso, no podría ocultarle nada a Katelyn.
La sonrisa de Katelyn se amplió. «¡Eres mi amiga! Por supuesto que te prestaré atención. ¿Crees que me molestaría en hacerlo por cualquiera?».
Ashlyn sabía que Katelyn no perdía el tiempo con gente que no le importaba. Por eso precisamente Ashlyn la consideraba sincera, bondadosa, empática y cariñosa. Tener una amiga como ella era algo poco común y valioso.
Ashlyn apretó la mano de Katelyn. —No te preocupes por mí. Este es un momento crucial para ti, así que cuídate. Si pasa algo, asegúrate de decírselo al señor Adams inmediatamente.
Vincent era la única persona que realmente podía ayudar a Katelyn en ese momento. Sin duda, era uno de los hombres más capaces que existían.
Solo ahora Ashlyn entendía realmente por qué Katelyn y Vincent encajaban tan bien juntos. Las relaciones duraderas necesitaban algo más que personalidades compatibles. Una relación debía contar con dos personas que fueran compatibles intelectual, física y psicológicamente.
Vincent y Katelyn eran iguales, se complementaban a la perfección tanto en su relación personal como en su vida profesional.
Esa idea hizo que Ashlyn pensara en Khalid y en sí misma. Se preguntó qué estaría haciendo en ese momento. Pensar en él solo hacía que lo extrañara.
Katelyn percibió la profunda preocupación de Ashlyn por ella y le hizo un gesto tranquilizador con la cabeza. «No te preocupes por mí», murmuró.
Los párpados de Ashlyn se volvieron pesados y el cansancio se apoderó de su voz. «Katelyn, necesito irme a la cama ahora mismo. Me siento somnolienta».
La pérdida de sangre y la traumática experiencia la habían dejado completamente agotada. Ahora, con la tensión disminuyendo, el cansancio se apoderó de Ashlyn como una marea.
Katelyn la ayudó a levantarse de la silla con delicadeza y le indicó la puerta. —He preparado la habitación de al lado. Vamos a que te acuestes.
Apoyándose pesadamente en Katelyn, Ashlyn avanzó con paso vacilante, luchando contra el mareo que nublaba su mente. En cuanto su cabeza tocó la almohada, cerró los ojos.
Katelyn alisó las mantas, ajustó el aire acondicionado para que la habitación no estuviera demasiado fría y salió sin hacer ruido. Cruzó el pasillo hasta otra habitación, donde Vincent se estaba secando el pelo, recién salido de la ducha.
Sin dudarlo, Katelyn acortó la distancia entre ellos y le rodeó la cintura con los brazos. Apoyó la mejilla en su pecho, inhaló su colonia y soltó un suave suspiro de alivio.
—Hoy me he asustado mucho fuera de la villa de Brendan —dijo.
Katelyn había conseguido parecer valiente y tranquila, pero en su interior, su corazón latía a toda velocidad y el pulso le rugía en los oídos como una tormenta.
Empezó a preguntarse qué habría podido causar un pequeño error al bloquear la señal del mando a distancia. Si hubiera fallado, todos habrían muerto, probablemente volados en pedazos. Pero Katelyn sabía que cuanto más miedo tenía, más importante era mantener la calma.
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