¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1625
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Capítulo 1625:
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Vincent no esperó a que Katelyn expresara sus preocupaciones. Su voz rompió la tensión al declarar: «Dado que Brendan ha decidido actuar contra Ashlyn ahora, no debe esperar seguir con vida».
La única razón por la que Vincent no se había ocupado antes de Brendan era porque ambos formaban parte de la familia Adams.
Pero como Brendan había decidido iniciar este conflicto, Vincent ya no le mostraría ningún tipo de respeto. Algunas personas, con sus propias acciones, simplemente perdían el derecho a ser tratadas con dignidad.
Katelyn se volvió hacia Vincent y bajó la voz hasta adoptar un tono decidido. «Yo también iré. Tú haz los preparativos primero. Me disfrazaré antes de reunirme con vos».
La realidad de su situación pesaba en el ambiente: el mundo creía que Katelyn ya estaba muerta, lo que le impedía aparecer en público con su verdadero rostro. Tenía que actuar con extrema precaución.
Vincent miró a Katelyn. Sabía que era inútil intentar disuadirla una vez que se había decidido. En lugar de perder un tiempo precioso en una discusión sin sentido, se limitó a asentir y dijo: «De acuerdo».
Sin más discusión, Vincent bajó apresuradamente las escaleras para movilizar a sus hombres.
Solo entonces Katelyn comenzó el proceso de transformación, aplicándose hábilmente el maquillaje. Alterar su apariencia era algo natural para Katelyn. En apenas treinta minutos, había terminado todo.
La Katelyn que todos conocían había desaparecido, sustituida por una mujer de rasgos anodinos que no llamaría la atención. Incluso ajustó su postura para parecer ligeramente encorvada, cambiando radicalmente toda su presencia y energía.
Katelyn se miró en el espejo y asintió con satisfacción. No se demoró más y bajó rápidamente las escaleras.
Vincent se detuvo un momento, y su ojo entrenado tardó un segundo más en reconocer a la mujer anodina que bajaba las escaleras como Katelyn. Para entonces, todos los hombres que Vincent había convocado ya se habían movilizado y salían corriendo.
Se volvió hacia Katelyn con expresión grave. —¡Vamos!
Katelyn rechazó su sugerencia con un firme movimiento de cabeza. —No, coge otro coche. Yo iré por mi cuenta.
En ese momento crítico, que cualquier mujer apareciera junto a Vincent levantaría inmediatamente sospechas y una atención no deseada.
A pesar de su minucioso disfraz, la precaución seguía siendo esencial. Un solo error podría delatar todo. Si descubrían su verdadera identidad ahora, meses de cuidadosa planificación y sacrificio se desmoronarían al instante. Vincent quiso protestar, pero reconoció la sabiduría del enfoque de Katelyn. Su razonamiento era sólido: que los vieran juntos ahora suponía un riesgo innecesario.
Sus ojos se encontraron con los de ella antes de respirar hondo y ceder en un susurro apenas audible: «De acuerdo, pero ten cuidado. Si pasa algo, avísame inmediatamente». En ese momento, solo podía decir eso.
Katelyn asintió.
La mirada de Vincent se posó en ella durante un último y significativo instante antes de darse la vuelta y dirigirse con determinación hacia el coche.
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