¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1557
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Capítulo 1557:
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Con expresión desconcertada, Sophia la miró y dijo: —¿Hay alguna razón por la que me miras así? Estuvimos juntos una vez. No puedo evitar que las cosas hayan salido así. Además, ya es…
Una fuerte bofetada resonó en el aire. Con un movimiento despiadado, la mano de Katelyn voló hacia la mejilla de Sophia, aterrizando rápida y sin piedad.
La cara de Sophia se hinchó en un instante. Su sonrisa desapareció, sustituida por unos ojos fríos y severos.
La mirada de Katelyn atravesó a Sophia como una navaja, y su voz adoptó un tono firme e inquebrantable. —Te dejé sola porque quería ver qué planeabas. Pero si la gente que me rodea acaba sufriendo por tu culpa, ¿de verdad crees que lo voy a permitir?
Hacer daño a sus amigos era el límite que Katelyn se negaba a permitir que nadie cruzara. Si Sophia realmente había permitido que Ashlyn resultara herida… No habría forma de que ella evitara las consecuencias. Una intensidad escalofriante rodeó a Katelyn, y Sophia pudo sentirla. No era un farol. Katelyn hablaba en serio.
Sophia rozó lentamente con la punta de la lengua su mejilla magullada mientras seguía con la mirada a Katelyn, que se dio la vuelta y se alejó.
Un destello peligroso apareció brevemente en los ojos de Sophia, cargados de malicia. Si no fuera por sus sucias obligaciones, ella y Khalid nunca habrían terminado. No había forma de que él estuviera con Ashlyn. Ashlyn no era más que una copia barata de ella.
Aunque Sophia nunca había sido sentimental en el amor, la idea de que alguien más deseara lo que le pertenecía era intolerable.
Mientras tanto, Katelyn entró en la casa y subió las escaleras. El recuerdo de la mirada llena de odio de Sophia la quemaba, haciendo que su ira volviera a aflorar. En ese momento, sintió un impulso irresistible de acabar con la vida de Sophia. Sin embargo, se obligó a contenerse, sabiendo que era necesario mantener la calma para el plan que tenía entre manos.
Al entrar en su habitación, Katelyn encontró a Vincent relajándose en el sofá, con un plato de cerezas en la mano. Él la miró con una sonrisa amable y le dijo: «Deberías probarlas. Son sorprendentemente dulces».
Comer era lo último en lo que pensaba en ese momento. La frustración se le reflejaba en el rostro.
Vincent dejó a un lado la fruta, se levantó lentamente del asiento y se acercó a Katelyn. Tomándole la mano con delicadeza, suspiró suavemente y le preguntó: «¿Sigues enfadada?».
Katelyn se dio cuenta de que las acciones de Sophia tenían como único objetivo provocarla. Sin embargo, al recordar las lágrimas de Ashlyn, le costaba contener la ira. Al encontrarse con la mirada amable de Vincent, Katelyn exhaló lentamente y admitió: «No sé qué está pensando Sophia. Debería esperar en silencio a que pase lo que tenga que pasar, pero insiste en crear problemas».
Menos mal que había vuelto hoy. Si no lo hubiera hecho, las cosas entre Ashlyn y Khalid podrían haber ido a peor.
Vincent esbozó una sutil sonrisa mientras atraía a Katelyn hacia sí, con tono suave pero cómplice. —Sophia quiere llevarte al límite. Está esperando a que pierdas el control. ¿De verdad vas a dejar que gane?
—Por supuesto que no —respondió Katelyn con amargura.
Vincent percibió su agitación persistente. Se dio la vuelta, volvió a coger las cerezas y acercó una con delicadeza a los labios de Katelyn.
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