¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1551
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Capítulo 1551:
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Lo sabía desde hacía años. Era raro verlo tan destrozado, lo que la hacía preguntarse qué había pasado realmente entre ellos.
Ashlyn bajó la mirada en cuanto se mencionó el tema de su ruptura, y el peso de la situación se posó sobre ella como una espesa niebla. Su voz era baja, apenas audible, pero el dolor era innegable. —Fui yo quien lo sugirió. Si él no me ama, no puedo obligarlo a quedarse.
Sus palabras transmitían una tristeza silenciosa, pero debajo de ella había un toque de frustración, de querer algo que no podía tener. La envidia que intentaba reprimir surgió en su interior, y la idea de la cercanía de Khalid con Sophia la atormentaba. Aunque se habían separado, Sophia todavía parecía tener un lugar en la vida de Khalid que Ashlyn nunca podría ocupar.
Katelyn notó el cambio en el comportamiento de Ashlyn, su postura encorvada y la mirada distante. Su voz era suave pero decidida, y atravesó la densa tensión que se había creado entre ellas. —Aún te importa, ¿verdad? No quieres que esto se acabe.
A Katelyn le pareció irónico que ahora fuera ella quien desempeñara el papel de confidente. Primero para Alfy, ahora para Ashlyn; la vida tenía una extraña forma de llevarla a estas conversaciones.
Ashlyn dejó escapar un largo suspiro de agotamiento y habló en un susurro, sin levantar la vista hacia Katelyn. —No importa lo que yo quiera. Si él no quiere estar conmigo, tengo que dejarlo marchar. No quiero hacerlo, pero no puedo obligar a alguien a quedarse cuando no siente lo mismo que yo.
Aunque no tenía experiencia previa en el amor, esto le parecía el camino lógico a seguir, aunque no le pareciera nada correcto.
Katelyn ladeó la cabeza, frunciendo el ceño. Había algo en el razonamiento de Ashlyn que no le cuadraba. Suavemente, le tomó el rostro entre las manos y lo levantó hasta que sus ojos se encontraron. —No puedes dejarlo así, sin intentarlo por última vez.
Pero la pregunta quedó sin respuesta. ¿Cómo podía Ashlyn encontrar la fuerza para luchar cuando su corazón estaba tan destrozado?
Ashlyn volvió a bajar la mirada, pero Katelyn le sujetó firmemente la barbilla y la levantó hasta que sus ojos se encontraron de nuevo. —El Khalid que yo conozco no es de los que actúan sin pensar. No podemos sacar conclusiones precipitadas sin conocer toda la historia —insistió con voz firme y tranquilizadora.
Las palabras de Katelyn eran tranquilas pero firmes, y su confianza en el carácter de Khalid era evidente. No podía imaginarlo con Ashlyn si su corazón seguía ligado a Sophia.
Las lágrimas volvieron a brotar de los ojos de Ashlyn y se derramaron cuando negó con la cabeza. —No lo entiendes, Katelyn. No significo nada para él. Aunque esté conmigo, es solo por mi aspecto.
Su voz se quebró, cargada de emoción. —Si no fuera por mi cara, probablemente ni me habría mirado dos veces. Las palabras estaban teñidas de amargura, un doloroso reflejo de su autoestima destrozada.
Katelyn frunció el ceño, intuyendo que la conversación daba vueltas en círculo. Dijera lo que dijera, Ashlyn tenía una réplica llena de desesperación. Al darse cuenta de que las palabras no servirían de nada, decidió cambiar de estrategia.
Sin decir nada más, Katelyn agarró a Ashlyn por la muñeca y se puso de pie, con un agarre firme pero no cruel. —Ya basta. Vas a venir conmigo —dijo con decisión.
Ashlyn intentó zafarse, pero Katelyn no la soltó y, a pesar de su resistencia, se vio arrastrada hacia delante. —Katelyn, ¿adónde me llevas? —protestó con voz teñida de agotamiento—. No quiero ir a ningún sitio. Solo quiero quedarme en casa, cerrar los ojos y olvidarlo todo. Sentía que no le quedaban fuerzas y la idea de enfrentarse al mundo la abrumaba. Pero Katelyn no estaba dispuesta a dejarla retirarse al aislamiento. Apretando con fuerza la mano de Ashlyn, siguió caminando hacia la puerta, con una determinación inquebrantable.
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