¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1550
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Capítulo 1550:
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Esta vez, Ashlyn no se resistió. Tomó la pastilla sin decir nada y se la puso en la boca. Casi al instante, el efecto calmante alivió el ardor de su garganta. Poco a poco, sus sollozos se calmaron y su respiración se estabilizó.
Una vez que Ashlyn pareció más tranquila, Katelyn le preguntó con delicadeza: «¿Qué ha pasado? ¿Habéis tenido una pelea?».
Al oír la pregunta, las lágrimas volvieron a brotar de los ojos de Ashlyn, que se apresuró a coger un pañuelo para secárselos.
«No hemos peleado», dijo Ashlyn con voz temblorosa. «Nos… hemos roto».
—¿Habéis roto? —repitió Katelyn, abriendo los ojos con sorpresa. Había dado por hecho que solo se trataba de otra discusión, algo que podrían solucionar. ¿Pero una ruptura? Era mucho más grave de lo que había imaginado.
Ashlyn asintió con la cabeza, mientras nuevas lágrimas resbalaban por su rostro. —Sí —susurró, con voz apenas audible—. Él y Sophia… antes estaban juntos.
Katelyn se quedó paralizada, tomada por sorpresa. No había previsto que Ashlyn descubriera el asunto tan pronto, sobre todo porque ella misma solo lo había averiguado momentos antes de dirigirse al palacio.
Su mirada se posó en Ashlyn, cuyo rostro bañado en lágrimas y ojos enrojecidos lo decían todo. Durante un instante, Katelyn se quedó sin palabras. Ella entendía, mejor que nadie, que la resolución de esta enredada situación estaba únicamente en manos de Ashlyn y Khalid. Ningún consejo externo podría desenredar las emociones y las decisiones que se interponían entre ellos.
Ashlyn, al notar la compostura de Katelyn, entrecerró los ojos y su voz tembló con una mezcla de dolor y acusación. —Ya lo sabías, ¿verdad?
Era la única explicación para la calma de Katelyn. Darse cuenta de ello provocó una ola de frustración en Ashlyn. Todo el mundo parecía estar al tanto del secreto, todos menos ella. El peso de haber sido dejada al margen se posó con fuerza sobre sus hombros, despertando un sentimiento de traición más profundo de lo que estaba dispuesta a admitir. Sentía como si la confianza que había depositado en sus seres más cercanos se hubiera hecho añicos, dejándola a la deriva en un mar de dudas e incomodidad.
Katelyn se dio cuenta del malentendido de Ashlyn y se apresuró a aclararlo: —Me enteré justo antes que tú. Vincent me lo mencionó justo cuando me iba al palacio.
Era consciente de la gravedad de la situación y sabía lo importante que era aclarar cualquier malentendido entre ellas. No quería que Ashlyn se sintiera alienada o traicionada.
La ira inicial de Ashlyn se disipó casi al instante, sustituida por una oleada de culpa. Apartó la mirada y su voz se tiñó de remordimiento. —Lo siento. No debería haber dudado de ti. —Su temperamento se había encendido rápidamente, pero se apagó con la misma rapidez, dejando tras de sí una tranquila vulnerabilidad.
Katelyn, consciente de la fragilidad emocional de Ashlyn, no sintió resentimiento alguno. Para ella, esos malentendidos eran insignificantes y no merecían la pena.
Con un suave suspiro, Katelyn suavizó el tono. —No hay por qué disculparse. Ninguna de las dos tiene la culpa. Pero dime… ¿fuiste tú quien rompió con él o fue Khalid?
Por lo que Katelyn había observado, Khalid no parecía ser quien quería alejarse. Su actitud abatida lo decía todo, en marcado contraste con el hombre…
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