¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1528
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Capítulo 1528:
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Justo cuando la tensión en su pecho se intensificaba, los ojos de Annie se posaron en otra figura que entraba en el salón.
Lois Boyle. La hija mayor de la familia Boyle y alguien con quien Annie nunca se había llevado bien.
Lois entró con su característica sonrisa cálida, irradiando confianza. Sin perder el ritmo, vio a Ryanna y se dirigió directamente hacia ella, con una mirada de familiaridad ya en su rostro.
Annie no pudo quedarse quieta ni un segundo más. Con un movimiento suave y calculado, se levantó de su asiento y cruzó la sala. Una sonrisa cortés se dibujó en sus labios, ocultando los pensamientos agudos que se arremolinaban en su mente. —Ryanna, aquí estás. No esperaba encontrarte aquí.
Sin perder el ritmo, se deslizó sin esfuerzo entre Lois y Ryanna, bloqueando el paso de Lois con facilidad.
Lois, de una familia noble menor, se dio cuenta inmediatamente del movimiento. Su mirada se movió entre ellas, pero no se atrevió a protestar y se apartó hacia un lado. Katelyn, que estaba cerca, observó la escena con tranquila diversión. Parecía que esa noche estaba llena de oportunidades para quienes sabían cómo manejar estas pequeñas rivalidades.
Ryanna saludó a Annie con una reverencia antes de volverse hacia Katelyn con una calidez totalmente diferente. —Señorita Bailey, espero que esté disfrutando de la velada tanto como yo.
Annie apretó la mandíbula, pero esbozó una sonrisa forzada, apenas capaz de mantener la compostura. Apretó los dedos alrededor de la copa de champán, aunque su rostro permaneció sereno. Dio un sorbo deliberado para calmarse y reprimió la frustración que empezaba a crecer en su interior.
Katelyn le devolvió la sonrisa con naturalidad. —Estoy segura de que así será, princesa Ryanna. Vaya usted primero.
Al fin y al cabo, se trataba de un evento en el que las relaciones sociales eran lo más importante. Todo el mundo entendía el juego, las reglas tácitas que regían estas reuniones.
Ryanna no respondió más que con una leve sonrisa cortés y un simple asentimiento. —De acuerdo —murmuró antes de seguir adelante.
Como princesa, Ryanna estaba acostumbrada a la admiración, y en poco tiempo se formó un pequeño grupo de admiradores a su alrededor.
Katelyn se sentó con elegancia y soltura, sosteniendo su copa. Echó un vistazo a Annie, cuya irritación apenas contenida era demasiado divertida como para ignorarla.
Vincent, intuyendo el momento, se inclinó y le susurró: «Deberíamos saludar primero al rey».
Al fin y al cabo, era lo correcto.
Katelyn asintió, no era de las que discutían por cuestiones de etiqueta.
Juntos, se dirigieron hacia el asiento del rey.
En un rincón tranquilo del salón, lejos de las miradas atentas de la multitud, Lois, que hacía unos momentos parecía dócil, ahora tenía un brillo calculador en los ojos.
Se acercó con naturalidad a la mesa de bebidas y, con movimientos fluidos, deslizó discretamente una pequeña cantidad de polvo blanco que tenía debajo de la uña en una copa de cóctel verde pálido. Con una dulzura ensayada en su sonrisa, tomó la copa y se dirigió hacia Annie.
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