¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1504
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Capítulo 1504:
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Katelyn no sabía qué más aconsejar.
Al salir del estudio de Katelyn, Ashlyn se retiró a su habitación, donde se tumbó en la cama, obsesionada por la imagen del rostro de Sophia, un rostro que era un reflejo del suyo. El extraño parecido siempre la había inquietado. Impulsada por ese sentimiento, Ashlyn estaba decidida a descubrir la verdad sobre si compartían algún vínculo sanguíneo. Esa confirmación también le aportaría algo de paz. Ya no tendría que especular descabelladamente cada vez que se encontrara con Sophia.
En ese momento, el teléfono de Ashlyn vibró con un mensaje entrante. Lo miró y vio que era de Khalid. Su mensaje decía: «No le des tantas vueltas. Descansa esta noche; recuerda que mañana tienes esa cita en el palacio».
Al principio preocupada, Ashlyn no pudo evitar sonreír ante las palabras reconfortantes de Khalid. Se dio la vuelta en la cama, agarrando su teléfono mientras le respondía: «Lo haré».
A pesar de su relación, a Ashlyn todavía le parecía surrealista estar con Khalid. A veces, le parecía un sueño del que podía despertar en cualquier momento.
Apareció otro mensaje de Khalid. «Buenas noches, cariño». Esas sencillas palabras hicieron que la sonrisa de Ashlyn se hiciera más profunda y la llenaron de felicidad.
«Buenas noches, cariño», respondió Ashlyn, utilizando casi toda su fuerza de voluntad.
En cuanto terminó de escribir estas palabras, una oleada de vergüenza la invadió. Acababa de dirigirse a Khalid con tanto cariño. La sensación le resultaba totalmente surrealista.
Khalid, al leer el mensaje, experimentó una compleja mezcla de emociones. Se quedó mirando su teléfono durante un rato antes de dejarlo y cerrar los ojos. Sin embargo, mientras intentaba descansar, imágenes de Sophia y Ashlyn se arremolinaban en su mente, impidiéndole encontrar la paz. La noche dio paso lentamente a la mañana.
Llegó el día siguiente.
Katelyn decidió acompañar a Ashlyn.
Al principio, Ashlyn tenía miedo de enfrentarse sola a la visita al palacio, consciente de la posible hostilidad de Ryanna. Por eso, cuando Katelyn se ofreció a acompañarla, Ashlyn sintió un gran alivio.
Juntas, Ashlyn y Katelyn se dirigieron a reunirse con el rey. Cuando comenzó la conversación sobre sus diseños de joyería, la ansiedad inicial de Ashlyn se desvaneció. De pie ante el rey, habló con claridad y convicción, olvidando sus miedos anteriores.
En ese momento, sin embargo, Katelyn se levantó de repente.
Katelyn miró al rey y a Ashlyn con una sonrisa ensayada que adornaba sus rasgos con naturalidad. «Disculpen, voy a refrescarme», anunció con tranquilidad.
El rey asintió a Katelyn con una sonrisa amable.
Ashlyn, habiéndose despojado de su aprensión anterior, permaneció perfectamente serena mientras Katelyn anunciaba su marcha temporal. Lejos del nerviosismo que la había invadido, miró a Katelyn con serena confianza. «De acuerdo».
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