¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1496
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Capítulo 1496:
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Pero en lugar de soltarse, le rodeó el cuello con los brazos y le dedicó una sonrisa brillante y sugerente. «Ven a lavarte conmigo».
Vincent se pasó la lengua por los labios y sus ojos se oscurecieron hasta convertirse en pozos de deseo. —¿Estás segura?
Katelyn había mostrado un ardor inesperado esa noche. Y él lo saboreó por completo.
Katelyn se rió suavemente, con un sonido como de seda contra la piel. —Sé que mi novio nunca me empujaría más allá de mis límites. Sabes cuándo parar, ¿verdad?
Los rasgos atractivos de Vincent permanecieron serenos, aunque una sonrisa jugaba en sus labios como un secreto. Se inclinó hacia ella, con su aliento cálido en su oído, y le confesó: —Es cierto, pero cuando te deseo de verdad, me cuesta mucho contenerme. Al fin y al cabo, llevo años sin tener relaciones.
Por un momento, Katelyn sintió que el calor le invadía las orejas. Sus pensamientos se dispersaron como pájaros asustados. Años sin tener relaciones…
¡Espera! ¿Podía ser que Vincent nunca hubiera conocido el contacto de otra persona?
Katelyn lo miró con asombro, como si hubiera descubierto un tesoro escondido. —¿Nunca has tenido novia?
Para un hombre de su madurez, cabría esperar al menos una relación importante. Sin embargo, al parecer, no había habido ninguna.
Esta revelación dejó a Katelyn sin palabras. Siempre había supuesto que él tenía experiencia en el sexo, aunque fuera sin una conexión emocional profunda. Pero ahora, esta verdad la revelaba como su primera vez. Katelyn se sintió de repente un poco triunfante.
Pero espera, ella también estaba experimentando su primera intimidad verdadera con él. ¿Significaba eso que eran el uno para el otro? La idea la llenó de una alegría absurda e ilimitada.
Vincent, observando el evidente deleite en su expresión, le pellizcó la nariz de nuevo y suspiró con cariñosa exasperación. —¿Qué fantasías tan extraordinarias están pasando por tu mente ahora?
Aun así, Katelyn notó el revelador rubor que se extendía por sus orejas como el amanecer sobre la nieve. Esa sutil traición de sus emociones era toda la confirmación que necesitaba. Se derritió en una risa genuina y desenfrenada.
De repente, Vincent le agarró las axilas en broma y empezó a hacerle cosquillas. «Si sigues burlándote de mí así, te castigaré con cosquillas», le advirtió con una sonrisa.
Katelyn era conocida por ser muy cosquillosa. Riendo, corrió hacia el baño, suplicando clemencia. «Me rindo. No me volveré a reír de ti».
Vincent, por naturaleza, era una persona reservada. Si alguien le hubiera mencionado antes a Katelyn la timidez de Vincent, ella lo habría dudado. Sin embargo, ahora lo observaba de primera mano. Esta revelación le dejó claro que Vincent sí mostraba diferentes emociones.
Simplemente, Vincent tendía a controlar sus emociones con mucho rigor. Su lado más expresivo permanecía oculto para la mayoría, ya que rara vez bajaba la guardia.
Una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro de Katelyn mientras reflexionaba sobre ello. Apreciaba ser la única que podía ver ese lado poco común de Vincent, y eso la llenaba de calidez.
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