¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1495
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1495:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Katelyn se sintió cautivada por cada momento con Vincent, cada sensación, cada caricia.
Cuando terminaron, la noche se había apoderado por completo del mundo que los rodeaba.
Medio dormida, Katelyn abrió los ojos. Solo entonces Vincent la llevó de vuelta a la villa. Al salir del coche con ella en brazos, vio a Sophia sentada en el columpio del jardín.
Sophia miró a Katelyn, acurrucada contra Vincent. Como era bastante mundana, comprendió inmediatamente lo que había sucedido entre ellos.
Sophia se quedó sin palabras por un momento. ¿De verdad eran tan atrevidos? Puso los ojos en blanco antes de decir: «¿Podríais mostrar un poco de moderación? Yo sigo viviendo aquí, ¿sabéis?».
Katelyn se recostó perezosamente contra el pecho de Vincent y miró a Sophia con los párpados pesados. «No te he invitado a mirar. Además, ¿por qué estás aquí sentada en mitad de la noche en lugar de dormir?». Ella y Vincent eran ahora pareja. ¿Qué había de malo en su intimidad?
Vincent miró a Sophia y luego le dijo a Katelyn con voz tranquila: «Bueno, ella no tiene novio. Deberías intentar comprenderlo».
Katelyn no pudo evitar reírse.
El comentario hirió el orgullo de Sophia como una flecha que da en el blanco. Por desgracia para ella, por mucho que lo mirara con ira, Vincent permaneció impasible.
Poniendo los ojos en blanco, se burló: «¿Y eso qué tiene de especial? A ver si podéis seguir juntos para siempre».
Vincent no se molestó en responder. Simplemente llevó a Katelyn arriba. Sophia los vio desaparecer, soltó una risa fría y se retiró a su habitación en el jardín trasero.
Katelyn vio a Sophia desaparecer en la oscuridad y preguntó con curiosidad: «¿Ha estado tramando algo últimamente?».
Sophia se había comportado con una obediencia inusual. Eso no parecía propio de ella.
Vincent respondió con indiferencia: «Quizás sea porque aún no le has dicho nada sobre su estado y no sabe lo que estás planeando. Por eso tiene miedo de actuar precipitadamente».
En ese momento, Katelyn lo comprendió todo. Se volvió hacia Vincent y dijo: «Parece que tengo que dar el primer paso».
Esperar sin hacer nada no serviría de nada.
Vincent llevó a Katelyn al cuarto con mucho cuidado. Le pellizcó suavemente la nariz y le dijo en voz baja, llena de afecto: «Ve a lavarte primero. Mañana nos ocuparemos de todo lo demás».
La noche había sido una sinfonía de pasión que los había dejado a ambos maravillosamente agotados. Ella no tenía fuerzas para hacer preparativos.
Katelyn reconoció la agradable debilidad que recorría sus miembros. De lo contrario, el orgullo nunca le habría permitido llevarla tan lejos.
.
.
.