¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1471
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Capítulo 1471:
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Vincent continuó, bajando la voz hasta casi un susurro: «También han tenido tratos con la Organización T. ¿Y la familia Robles? Solo son un pequeño punto de conexión en el gran esquema de las cosas». Un escalofrío recorrió la espalda de Katelyn.
Para que la familia Robles, una casa noble de tan distinguida estatura, sirviera como un mero punto de contacto… ¿qué formidable poder se escondía detrás del centro neurálgico de esta operación?
Katelyn ni siquiera podía imaginar la vasta escala de la industria ilícita en juego, cuyos tentáculos llegaban a lugares que nunca hubiera imaginado.
Vincent, tras ofrecer una breve explicación, no dio más detalles. En cambio, bajó la voz hasta convertirla en un susurro grave y advirtió: «Debes protegerte y evitar acciones imprudentes. Si Bernie está realmente involucrado, es probable que esté enredado en toda esta red».
Una vez que alguien caía en las garras del mercado negro, su humanidad prácticamente se evaporaba como el rocío de la mañana bajo un sol implacable. Enfrentarse a personas así acabaría inevitablemente en una pérdida devastadora.
Katelyn comprendió inmediatamente lo que Vincent quería decir y su expresión se endureció con determinación. «Lo entiendo».
Vincent, al ver que ella lo había comprendido, no insistió más. Tras intercambiar algunas palabras de precaución, terminó la llamada. Katelyn reflexionó intensamente sobre su advertencia y elaboró metódicamente un plan en su mente. Esa noche, la vigilancia sería su mejor aliada.
En lo más profundo de su corazón, esperaba sinceramente que Bernie fuera inocente. Si se veía envuelto en ese traicionero asunto, el mundo de Alfy se derrumbaría sin remedio.
Se obligó a apartar de su mente la tormenta de sentimientos personales. Independientemente de las desagradables verdades que pudieran salir a la luz, esa noche se revelarían todas.
Esa noche, cuando Alfy recibió la noticia de Bernie de que Katelyn se uniría a ellos para cenar, una alegría desenfrenada se apoderó de su rostro como un rayo de sol atravesando las nubes.
Para Alfy, Katelyn era la persona más querida, mientras que Bernie seguía siendo su querido tío. Siempre había anhelado la armonía entre estos dos pilares de su vida. Estar rodeada de sus seres queridos llenaba su corazón de auténtica felicidad.
Su emoción era tan profunda que, a pesar de no haber incursionado nunca antes en el territorio culinario, Alfy se sumergió en la planificación del menú de la noche con meticuloso cuidado. Puede que no supiera cocinar, pero conocía de memoria las preferencias de Katelyn.
Los sirvientes de la casa, que se habían dedicado en cuerpo y alma al cuidado de Alfy, no podían reprimir sus tiernas sonrisas. Nunca antes la habían visto tan animada por la visita de alguien a su hogar. Por la reacción de Alfy, se daban cuenta del profundo afecto que sentía por Katelyn. Aferrada a su teléfono con determinación, Alfy buscaba recetas mientras daba instrucciones con una autoridad inesperada: «Asegúrense de que el brócoli quede crujiente».
Rara vez daba órdenes, ya que prefería tratar al personal con auténtica amabilidad, lo que creaba un ambiente alegre en toda la cocina. Una de las criadas se rió con calidez. «No se preocupe, seguiremos sus instrucciones al pie de la letra».
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