¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1444
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Capítulo 1444:
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Los recuerdos del trato que Katelyn y Vincent habían recibido en Granville aún estaban frescos en su mente. La herida seguía abierta, negándose a sanar. Sin embargo, ahora Ryanna le ofrecía una rama de olivo en lugar de una espada. La sed de venganza de Annie seguía sin saciarse, y ese simple hecho la carcomía como una astilla infectada. Lo único que deseaba era presenciar la caída de Katelyn y Vincent.
El rostro de Ryanna se endureció como una máscara real mientras se volvía hacia Annie, bajando la voz hasta convertirla en un susurro glacial. —No necesito que me digas cómo manejar las cosas.
Hizo una pausa, dejando que el silencio se extendiera entre ellas antes de añadir con precisión milimétrica: —Y si no te gustan, puedes ir a lidiar con ellas tú misma. Deja de empujarme a ser tu peón. Annie, ¿crees que soy tonta?».
El formidable aura de verdadera autoridad descendió sobre Annie como un peso físico, haciendo que su corazón se hundiera. El pánico se reflejó en su rostro mientras miraba a Ryanna. «Ryanna, no quería decir eso. Solo…».
«Basta», Ryanna cortó sus excusas como una espada atraviesa la seda. «Quiero descansar. Deberías irte».
Había tolerado las presunciones de Annie mucho más tiempo del que dictaba la sensatez. Seguir consintiendo el comportamiento de Annie solo sembraría las semillas de futuras…
Complicaciones. Todo el mundo reconocía su estrecha relación. Si los planes de Annie se desmoronaban, los hilos conducirían inevitablemente a Ryanna. Ryanna comprendía con total claridad que se encontraba en el filo de una navaja, donde un paso en falso podría resultar catastrófico.
Annie abrió la boca para protestar, pero al encontrarse con la mirada gélida de Ryanna, las palabras se le murieron en la garganta, dejando solo un silencio atónito a su paso. Se levantó en silencio, alisándose la ropa con gracia experta, y se enfrentó a Ryanna con una compostura cuidadosamente construida.
—Está bien, descansa. Volveré en otro momento.
Inclinó la cabeza en señal de deferencia y se volvió hacia la puerta, con movimientos rígidos por el resentimiento tácito.
Ryanna observó la figura de Annie mientras se alejaba, con los ojos oscureciéndose. Esperaba que Annie hiciera caso de la advertencia de hoy y actuara con más precaución. Ryanna no podía arriesgarse a que Annie se convirtiera en otra Fiona.
El incidente de Fiona se había pasado por alto gracias a la intervención del rey. Pero si volvía a ocurrir algo similar, Ryanna no podía garantizar que se mostrara la misma indulgencia.
La relación entre Vincent y Katelyn no era algo que pudiera perturbarse con una interferencia imprudente.
Mientras estos pensamientos pesaban en su mente, su teléfono sonó de repente. Al ver quién era, su expresión se ensombreció inmediatamente.
Ryanna respondió al teléfono con voz baja y fría. —¿Qué?
La voz maliciosa de Brendan, teñida de burla, se escuchó a través del altavoz. —Princesa Ryanna, ¿por qué tan fría? Solo llamo para charlar sobre nuestro futuro.
La expresión de Ryanna se endureció. —Ve al grano.
Brendan no se inmutó en absoluto por su tono. Más bien al contrario, su irritación no hizo más que divertirlo aún más. Reclinándose en el sofá, hizo girar un cigarrillo entre los dedos y su sonrisa se amplió.
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