¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1438
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Capítulo 1438:
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La expresión de Ryanna se iluminó aún más. «Tienes razón. Hay algo especial que me gustaría que vieras».
Ryanna se levantó, se acercó a Katelyn, la tomó de la mano y la llevó a otra habitación.
Aunque un poco confundida por la repentina invitación, Katelyn obedeció y se limitó a decir: «De acuerdo».
Parecía que Ryanna aún la estaba evaluando, por lo que Katelyn se mantuvo alerta, recelosa de cualquier motivo oculto mientras se movían.
Al entrar en la nueva habitación, Ryanna dijo con entusiasmo: «Mira lo que tenemos aquí».
Katelyn se detuvo en seco y abrió los ojos con sorpresa al contemplar la impresionante colección que tenía ante sí.
La habitación estaba adornada con una gran variedad de joyas exquisitas, entre las que destacaban coronas y otras piezas antiguas.
Katelyn supuso que esos tesoros habían sido coleccionados por el antiguo rey. Conocía bien su historia, ya que formaba parte de la comunidad de diseñadores de joyas, donde esas piezas eran legendarias.
Al entrar, la mirada de Katelyn recorrió metódicamente la colección, apreciando el impecable gusto del antiguo rey. La artesanía de cada pieza, desde las coronas hasta los collares, era espectacular, cada una de ellas una obra maestra en sí misma.
Al notar la admiración de Katelyn, Ryanna le dedicó una cálida sonrisa y le explicó: «Todas estas eran las favoritas del rey anterior. Sabiendo tu experiencia en el diseño de joyas, pensé que te gustaría apreciarlas. Elige la que más te guste, es tuya».
Katelyn detuvo momentáneamente su examen para mirar a Ryanna, con una sonrisa amable. «Aunque me atraen, prefiero estudiar los detalles de su diseño. ¿Podría tomar prestadas algunas para examinar más de cerca su artesanía?».
Katelyn era consciente de las intenciones de Ryanna ese día. Ryanna estaba evidentemente tratando de forjar un vínculo más estrecho. En tales circunstancias, Katelyn no sintió necesidad de fingir. No se sentía inclinada a aceptar regalos de Ryanna, sabiendo muy bien que hacerlo podría complicar las cosas más adelante, una situación que Katelyn prefería evitar.
Ryanna aceptó de inmediato. «Por supuesto, considéralo hecho».
La sonrisa de Katelyn se volvió sincera. «Gracias, de verdad».
Las técnicas de elaboración de estas joyas se habían olvidado hacía mucho tiempo. Si Katelyn pudiera redescubrirlas, sin duda mejoraría sus perspectivas profesionales. También esperaba poder compartir estos métodos en el futuro. Ryanna parecía indiferente al valor histórico de las joyas. Acercándose a Katelyn, que estaba mirando la vitrina, Ryanna dijo con naturalidad: «Somos amigas, no hay necesidad de ceremonias. ¿Cuál te gusta más?».
Katelyn señaló un collar en el centro de la vitrina. Era una pieza impresionante, elaborada con hilos de oro y adornada con piedras preciosas de color púrpura, que irradiaba nobleza y elegancia. Reconoció la complejidad de su artesanía.
Sin dudarlo, Ryanna cogió el collar y se lo entregó a Katelyn.
Katelyn lo sostuvo entre sus manos, acariciándolo suavemente, cautivada por su belleza. Dominar estas técnicas únicas sin duda podría resultar ventajoso.
Al notar la admiración de Katelyn, Ryanna le dedicó una cálida sonrisa y añadió: «Puedes llevarte cualquier otra cosa que te guste, cuando quieras». Katelyn guardó cuidadosamente el collar en una caja y se volvió hacia Ryanna con un gesto de curiosidad. «Princesa Ryanna, ¿parece que le gusta mucho coleccionar estas piezas?».
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