¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1422
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Capítulo 1422:
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Sin embargo, Katelyn parecía flotar por encima de su amargura, ascendiendo a mayores alturas con cada día que pasaba, completamente ajena a la tormenta de resentimiento que se gestaba bajo ella. Y eso, más que cualquier otra cosa, hacía que la sangre de Sophia hirviera de celos.
Katelyn observó la furia apenas contenida de Sophia con frialdad clínica. Sacudió ligeramente la cabeza y dijo: «Nunca he afirmado ser una salvadora. Si algo está dentro de mis posibilidades, ¿por qué debería fingir lo contrario?».
No había vergüenza en reconocer las propias habilidades. La retorcida lógica de estas personas seguía siendo un enigma para Katelyn.
Fijó la mirada en Sophia una vez más. —¿Has tomado una decisión? Si quieres mi ayuda, estoy dispuesta a intentarlo. Si no, que así sea. Pero entiende esto… La elección entre la vida y la muerte está únicamente en tus manos. Nunca obligaba a nadie a hacer nada. Si Sophia estaba empeñada en abrazar la muerte, Katelyn no se interpondría en su camino.
Aunque el cuerpo de Sophia seguía temblando por la emoción reprimida, permaneció obstinadamente en silencio.
Katelyn no mostró signos de impaciencia, simplemente esperó con compostura. Incluso sacó su teléfono y empezó a hojearlo con indiferencia. El tiempo era un lujo que podía permitirse.
Sophia, sin embargo, bailaba a un ritmo completamente diferente. El dolor insoportable que recorría su cuerpo la estaba llevando al límite de la cordura. Antes de su captura, había encontrado un ligero alivio en el agua helada.
Pero ahora, incluso ese escaso consuelo estaba fuera de su alcance. No se conocía ningún antídoto para ese veneno, lo que la dejaba retorciéndose de dolor mientras cada momento que pasaba intensificaba su sufrimiento.
Finalmente, con su determinación desmoronándose, Sophia estalló contra Katelyn: «¿De verdad puedes purgar este veneno de mi sistema?».
Katelyn se limitó a levantar la vista de su teléfono y miró a Sophia con indiferencia. «Tu fe en mis habilidades me es indiferente». El tiempo era un juego que podía jugar indefinidamente con Sophia.
La rabia hería en el pecho de Sophia. ¡Esa zorra calculadora estaba jugando con ella deliberadamente!
El tormento del veneno había llevado a Sophia al borde del delirio. Apretando los dientes, gruñó: «Si puedes aliviar este dolor, estoy dispuesta a hacer un trato».
Katelyn dejó de desplazarse por la pantalla y se volvió hacia Sophia, con voz llena de desdén. «Sophia, ¿me tomas por tonta?».
Alguien como Sophia… ¿Cómo podía su palabra tener algún peso? Katelyn no creía ni una sola palabra que salía de sus labios.
Las manos de Sophia se cerraron con fuerza contra las ataduras hasta que los nudillos se le pusieron blancos. Si no estuviera atada, habría aplastado el cráneo de Katelyn sin dudarlo.
Sophia apretó los dientes con fuerza mientras oleadas de dolor abrasador recorrían su cuerpo.
Sin embargo, en ese momento, el férreo control de Sophia finalmente se rompió.
Sophia tosió sangre por el dolor.
Sin embargo, Katelyn permaneció sentada, indiferente, como si el sufrimiento de Sophia no tuviera nada que ver con ella.
El cuerpo de Sophia le dolía tan intensamente que sentía como si algo le estuviera desgarrando las entrañas. La agonía casi la llevó a gritar, pero apretó los dientes y se obligó a soportarlo. Finalmente, incapaz de soportarlo más, miró a Katelyn con ira y gruñó: «Está bien. Si me quitas este dolor, te prometo lo que quieras».
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