¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1370
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 1370:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Pero tan pronto como terminó de hablar, algo pareció venirle a la mente. «¡Oh, claro! Había un superviviente».
La mirada de Katelyn se agudizó. «¿Quién?».
preguntó Katelyn instintivamente. Después de todo, toda la familia Ruiz había sido aniquilada. ¿Cómo era posible que alguien hubiera sobrevivido? Era impactante.
Estas tres familias habían sido las más poderosas de Yata. Ante un ataque tan abrumador, ¿cómo había podido escapar alguien?
Katelyn tenía la fuerte sensación de que ese único superviviente era la clave para descubrir la verdad sobre sus verdaderos padres.
Amy se sorprendió por la repentina pregunta de Katelyn.
Al darse cuenta de que su tono era demasiado duro, Katelyn se suavizó rápidamente y explicó: «Solo era por curiosidad. Si alguien logró escapar de tres familias poderosas, debe de ser extraordinariamente hábil». Lo que realmente buscaba era información sobre su madre. Sin embargo, no podía preguntarlo directamente. En su lugar, utilizó esta pregunta como excusa para recabar información.
Amy pensó por un momento y consideró que el interés de Katelyn era razonable. Luego se volvió hacia Katelyn y dijo: «He oído que era la hija menor de la familia Ruiz».
Las pupilas de Katelyn se estrecharon bruscamente. ¡La hija menor de la familia! ¿No era esa su madre biológica?
Katelyn contuvo el torrente de emociones, aunque la ansiedad comenzó a aumentar mientras preguntaba: «Entonces, ¿dónde está ahora?».
A pesar de los intentos de Katelyn por mantener la compostura, Amy intuyó que algo no iba bien. Miró a Katelyn con curiosidad y le preguntó: «Señorita Bailey, ¿conoce a esa persona?».
Katelyn apretó con fuerza el vaso. Miró a Amy, frunciendo ligeramente el ceño, y respondió: «No, no la conozco. Solo siento compasión por las tragedias que sufrió la familia Ruiz. Si realmente es la única superviviente, no puedo imaginar cómo ha conseguido soportar todos estos años».
Amy pensó que la preocupación de Katelyn estaba totalmente justificada. Era un asunto muy serio. Como hija menor de la familia, después de haber soportado semejante desastre, su mundo debía de haber dado un vuelco. Sobrevivir en esas condiciones debía de haber sido extraordinariamente duro, sobre todo con el resentimiento aún presente. ¿Llevar una vida normal después de una tragedia así? Parecía casi imposible.
Amy suspiró: «De eso no estoy muy segura. Después de aquel incidente, desapareció de Yata. Nadie ha sabido nada de ella desde entonces».
Todo el cuerpo de Katelyn se tensó. Aquellas palabras le atravesaron el corazón como una espada. Justo cuando creía estar cerca de una solución, se topaba con otro callejón sin salida.
Amy era joven y era admirable que supiera tanto. Para profundizar más, sería necesario investigar más.
Una intensa tristeza se apoderó del corazón de Katelyn. Había estado tan cerca. Sin embargo, ahora sentía como si estuviera entrando en otro laberinto sin salida. La decepción era abrumadora. ¿Pero rendirse? Eso no era una opción. ¡Tuviera viva su madre o no, tenía que encontrarla!
Amy sintió el aura fría que envolvía a Katelyn y le preguntó con preocupación: —Señorita Bailey, ¿está bien?
La voz de Amy devolvió a Katelyn a la realidad. Ella negó con la cabeza y respondió: —Estoy bien. Es solo que… es inquietante. Una familia tan influyente, aniquilada de la noche a la mañana.
Amy percibió que Katelyn estaba luchando contra su propia tristeza y decidió no insistir.
Ella también suspiró: «Sí, por eso mis padres me han impedido ir al extranjero todos estos años. Les preocupaba que eso le diera a alguien una excusa para venir a por nosotros».
.
.
.