¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1327
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Capítulo 1327:
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Brendan, que siempre había despreciado a las mujeres, sintió una oleada de irritación al verla. Su belleza, innegable, no le atraía en absoluto, ya que había disfrutado de muchas.
Con una risa burlona, Brendan se mofó y dijo: «¿Qué te importa a ti si lo mato o no, puta asquerosa? ¡Lárgate!».
Clic
El sonido agudo de una bala deslizándose en la recámara resonó al instante. Sophia apuntó con su arma a la frente de Brendan y su voz cortó la tensión al decir: «Vuelve a hablarme así y esta bala acabará contigo. ¿Crees que estoy mintiendo? Adelante, pruébame».
A Brendan se le secó la boca y tragó saliva con dificultad. No tenía la menor duda de que Sophia apretaría el gatillo sin dudarlo.
Los años que había pasado entre asesinos despiadados le habían enseñado a reconocer el peligro real. ¿Pero esta mujer? Su aura de intención letal eclipsaba incluso a los asesinos más endurecidos que había conocido.
Una sonrisa forzada se dibujó en los labios de Brendan mientras intentaba calmar la situación: —Oye, estamos en el mismo bando, ¿no? No hay necesidad de armas ni amenazas. Podemos resolver esto pacíficamente.
Los ojos de Sophia brillaron con desdén.
Brendan no estaba ni remotamente tan tranquilo como Vincent. Pero eso le daba una ventaja. El miedo a la muerte lo hacía predecible, y los hombres predecibles eran fáciles de manipular.
Sophia guardó la pistola en su funda con un movimiento fluido y se sentó en el sofá con aire sereno.
La mente de Brendan trabajaba a toda velocidad, ideando un plan mientras se acercaba con aire despreocupado. Intentando seducirla, se sentó a su lado.
—Eres demasiado guapa para llevar un arma. ¿Por qué no…?
Al alcanzar su brazo, esperaba desarmarla en más de un sentido. Pero antes de que sus dedos pudieran rozar su piel, el cuchillo de Sophia brilló, cortando el aire con precisión. Sus movimientos eran fluidos y decididos.
Brendan apenas tuvo tiempo de retroceder, con el corazón latiendo con fuerza al darse cuenta de lo cerca que había estado de perder algo más que su orgullo.
Una oleada de pánico lo invadió. Momentos antes, había imaginado seducirla con su encanto, convencido de que ninguna mujer podía resistirse al encanto de los halagos y la atención. Pero esta mujer era impenetrable, indiferente a sus trucos superficiales.
Apretando su mano protectora, Brendan abandonó su coqueteo y dijo: —Lo siento. Ha sido una tontería por mi parte. Solo dime lo que necesitas.
Sophia no era alguien que dudara, especialmente cuando se trataba de dejar claras sus intenciones. Su palabra era su compromiso, y cuando prometía algo, lo cumplía sin demora.
Brendan se dio cuenta rápidamente de que no estaba en condiciones de seguir tentando a la suerte; su supervivencia podía depender de ello. El hecho de que pudiera aparecer allí en silencio, a pesar de que el lugar estaba fuertemente rodeado por Vincent y sus hombres, sugería que debía poseer una fuerza formidable.
La mirada de Sophia se volvió fría y una sonrisa burlona se dibujó en sus labios. —Quieres que Katelyn desaparezca, ¿verdad? Tengo un plan.
Al oír sus palabras, Brendan abrió los ojos como platos. Después de todo, ella estaba de su lado.
Rápidamente, se apartó de ella y se sentó, con una sonrisa en el rostro. —¿Así que tú también vas a por esa zorra? Muy bien, hablemos. ¿Cuál es tu plan?
El alboroto que Vincent había causado hoy en su casa era algo que no podía dejar pasar. Es más, con Katelyn fuera de juego, Vincent no tendría más remedio que volver al redil y adherirse a la alianza matrimonial con Ryanna. Sin duda, eso beneficiaría a todos los miembros de la familia Adams.
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