¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1303
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Capítulo 1303:
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Mientras los demás diseñadores pedían diversas herramientas, Katelyn fue la única que decidió confiar únicamente en sus manos. Se mantuvo tranquila y serena, pasando desapercibida en contraste con los demás. Los segundos se convirtieron en minutos y, en poco tiempo, habían pasado treinta minutos.
El presentador, de pie en el centro del escenario, se dirigió a la cámara de la retransmisión en directo. «Se acabó el tiempo. Veamos cómo les ha ido a los diseñadores». Mientras esas palabras resonaban en la sala, Katelyn ya había terminado su tarea.
Ashlyn también comenzó a dejar su trabajo, pero Fiona seguía luchando contra el reloj, moviendo las manos rápidamente.
Los que habían estado ordenando o realizando otras tareas volvieron para mirar con entusiasmo. Todos los ojos estaban ahora puestos en los resultados finales. En cualquier otra retransmisión en directo, los espectadores habrían perdido el interés durante un parón tan largo, pero, sorprendentemente, el número de espectadores seguía aumentando de forma constante.
«Ahora, echemos un vistazo a la creación del primer diseñador».
Cuando la presentadora terminó su anuncio, los guardias reales se adelantaron para recoger la pieza del primer diseñador.
El diseñador, visiblemente pálido y empapado en sudor, se quedó de pie, nervioso. Los demás diseñadores observaban conmocionados mientras los guardias traían la pieza.
Incluso la presentadora más experimentada se sintió momentáneamente desconcertada.
«¿Por qué te quedas ahí parado? ¡Di algo!».
La voz del director resonó en su auricular, devolviéndola a la realidad. Desviando la mirada hacia el trabajo de la diseñadora, la presentadora recuperó la compostura y dijo: «La propuesta de esta diseñadora no cumple con los requisitos exigidos. Por lo tanto, la descalificamos». Sin consultar a los jueces, la presentadora tomó la decisión por su cuenta.
Sorprendentemente, nadie se opuso a su decisión. Para todos estaba claro que la diseñadora carecía de las habilidades necesarias. El collar que había creado ni siquiera tenía una forma reconocible. Su falta de destreza era innegable.
Katelyn la observó con cierta curiosidad. A pesar de ser una maestra del dibujo, era evidente que le costaba mucho trabajo el diseño en sí. Todos los diseñadores de este concurso eran nombres conocidos, y no era de extrañar que sus trabajos anteriores le hubieran valido un gran número de seguidores.
Era obvio que esta diseñadora carecía de habilidades reales. Lo más probable era que sus diseños fueran subcontratados y carecieran de su toque personal. Detrás de toda la charla, no había nada que demostrar. La audacia que tuvo para presentarse era casi increíble. Su descaro no tenía límites.
Aunque Ashlyn y Katelyn no pudieron intercambiar palabras, una simple mirada entre ellas lo dijo todo: ambas compartían la misma conclusión. En lugar de montar una escena, la diseñadora aceptó en silencio su destino y se marchó.
Mientras tanto, la sección de comentarios de la retransmisión en directo se llenó de reacciones.
«¡No puedo creerlo! ¡Yo admiraba su trabajo, pero ahora veo que era todo esfuerzo de otra persona!».
«Esto es el karma. Se lo tenían merecido. ¿De verdad pensaban que la familia real no se daría cuenta? ¡Por fin se ha descubierto la verdad!».
«No puedo creerlo. Me siento completamente estafado. No volveré a apoyar su trabajo».
La energía de la retransmisión en directo cambió drásticamente, ya que la emisión, que antes era aburrida, ahora despertaba un renovado interés. La familia real había intervenido para revelar la verdad detrás de las falsificaciones.
Fiona observó cómo escoltaban a la diseñadora, sin poder ocultar su sonrisa burlona. «Ha recibido exactamente lo que se merecía».
Ashlyn arqueó una ceja, con un atisbo de sorpresa en el rostro. Las palabras de Fiona le tocaron la fibra sensible, y le resultaron extrañamente satisfactorias.
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