¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1226
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Capítulo 1226:
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Katelyn solo tenía un pensamiento: tenía que atrapar a Sophia. Nunca había estado tan cerca de capturarla y no podía permitirse dejar escapar la oportunidad.
Pero el camino por la selva era traicionero, empinado y resbaladizo. Cuanto más se adentraban, más difícil resultaba avanzar.
En la penumbra, Katelyn pisó mal y resbaló. Cayó con fuerza sobre un trozo de musgo blando que amortiguó la caída, pero le costó un tiempo precioso.
Vincent miró atrás, la vio moverse y no se detuvo. No podía permitirse perder velocidad. Su atención seguía fija en Sophia.
Katelyn se levantó, sacudiéndose el polvo de la caída. Respiró hondo y siguió adelante.
La persecución terminó en la cima de la montaña. Sophia se detuvo en seco, mirando al borde del precipicio que tenía delante. Un paso más significaría una muerte segura.
Respiraba con dificultad, jadeando, mientras se volvía hacia Vincent, que la había alcanzado.
Sus ojos ardían con fría determinación.
—Sophia, no tienes dónde huir —dijo con voz baja y peligrosa.
Unos instantes después, Katelyn llegó tambaleándose y se derrumbó en el suelo para recuperar el aliento. Miró a Sophia con odio, con el sudor goteándole por la cara.
—¡Esta vez no podrás escapar!
Los tres estaban agotados, con la ropa empapada de sudor. Ninguno tenía ya un arma, pero las probabilidades estaban en contra de Sophia: dos contra uno.
Sin embargo, Sophia no parecía derrotada. Una sonrisa escalofriante se dibujó en sus labios.
—¿Creéis que podéis atraparme llevándome a un callejón sin salida? —se burló con sarcasmo.
A Katelyn se le hizo un nudo en el estómago. Entonces lo vio: la intención en los ojos de Sophia. Su corazón se aceleró por el pánico.
—¿Estás loca? —gritó.
Saltar por un acantilado sería sin duda mortal.
En un instante, Sophia esquivó rápidamente un ataque, rodó por el suelo y agarró una rama. La blandió contra Katelyn mientras se burlaba: «¿Creías que iba a saltar? ¡La muerte no es una opción para mí!». El desprecio llenaba la voz de Sophia mientras se burlaba de la estupidez de Katelyn.
Katelyn apretó los puños y tensó los músculos con verdadera ira. Cuando la rama se abalanzó sobre ella, Katelyn la enfrentó de frente y absorbió el golpe. Fue doloroso, pero soportable. Katelyn no perdió tiempo y respondió con una rápida patada hacia Sophia. Al mismo tiempo, Vincent se unió a la pelea. En poco tiempo, los tres se vieron envueltos en una feroz lucha.
Sophia se vio superada al enfrentarse a ambos oponentes, y sus contraataques se hicieron cada vez más débiles. Era solo cuestión de tiempo que la atraparan. No podía permitir que eso sucediera; las consecuencias serían demasiado graves. Y había secretos que no estaba preparada para que Katelyn descubriera. La determinación brilló en sus ojos.
De repente, Katelyn asestó un puñetazo en pleno pecho a Sophia, que se tambaleó hacia atrás. Un fuerte golpe resonó cuando Sophia cayó al suelo.
Al instante siguiente, Katelyn se abalanzó hacia delante con rapidez.
Justo cuando Katelyn se disponía a inmovilizarla, Sophia cogió barro de detrás y se lo lanzó a la cara.
La luz era tenue y Katelyn, tomada por sorpresa, terminó con barro salpicado en la cara. Sin pensar, levantó las manos para cubrirse los ojos.
Aprovechando el momento, Sophia rodó hacia atrás y se puso de pie, y lanzó una patada con fuerza.
De repente, Katelyn salió volando y cayó al suelo. Justo detrás de ella se alzaba el acantilado.
Vincent reaccionó con rapidez. Mientras Katelyn se tambaleaba en el borde, la agarró de la mano y gritó: «¡Katelyn, agárrate!».
Sophia se levantó del suelo, se sacudió las manos y se burló: «¿Creías que podías atraparme? ¡Ahora muere!».
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