¿Quién se atreve a encantar a mi reina encantadora? - Capítulo 1217
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Capítulo 1217:
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Jeff, con las manos temblorosas, cogió el teléfono. Cada línea del texto era como una puñalada que le atravesaba el corazón. El informe detallaba cómo Lise había buscado la atención de Neil, solo para rechazarlo y huir al extranjero, culpando a todos —Sharon, Jeff e incluso Katelyn— de sus decisiones. Mientras estaba en el extranjero, Lise había llevado una vida imprudente, relacionándose con innumerables hombres. Se adjuntaban fotos y vídeos de vigilancia como prueba. Estas cosas eran innegables. También revelaba que tenía un hijo de tres años, nacido durante sus escapadas al extranjero. Había asumido el papel de amante y acompañante en clubes nocturnos para mantener su estilo de vida.
Los documentos describían además cómo Lise, tras ver las noticias de la gran boda de Neil con Katelyn, se dio cuenta de su riqueza y su estatus como director ejecutivo del Grupo Wheeler. En un intento desesperado por recuperar su posición, Lise había regresado a casa, tramando y tendiendo trampas a Katelyn en múltiples ocasiones para recuperar el favor de Neil.
Los ojos de Sharon se posaron en la pantalla, con expresión de incredulidad. Señalando a Katelyn, estalló: «¡Katelyn, eres repugnante! ¿Cómo te atreves a inventar mentiras tan asquerosas sobre Lise? ¡Ella nunca haría algo así!».
Las manos de Jeff temblaban tanto que apenas podía sostener el teléfono. La mirada de Katelyn se volvió gélida. Incluso ante las pruebas, se negaban a creerla. Era inútil.
—Habéis visto la prueba con vuestros propios ojos, y Neil lo sabe todo. ¿Qué creéis que pasará ahora?
Sharon se quedó paralizada. Aunque dudaba del informe, no podía negar las consecuencias que tendría que Neil se enterara de las acciones de Lise. Una sensación de pánico la invadió al recordar las palabras de Katelyn. ¿Podía Lise haber muerto de verdad?
La voz de Katelyn irrumpió en sus pensamientos, fría e inquebrantable.
—Lise fue torturada: le abrieron el cuerpo y le drenaron la sangre con sanguijuelas. ¿Sabéis lo que se siente cuando te chupan la sangre las sanguijuelas? Su tono era tranquilo, pero las espantosas imágenes se filtraron en sus mentes como veneno.
Los rostros de Jeff y Sharon se pusieron cenicientos. Casi podían imaginar el tormento que había sufrido Lise, cada detalle arañando su cordura.
Sharon finalmente se derrumbó, sintiendo cómo la sangre le subía a la cabeza. Escupió un bocado de sangre y señaló con un dedo tembloroso a Katelyn. Su voz se quebró por la desesperación.
—¡Para… Para!
Las lágrimas corrían por el rostro de Sharon, incapaz de controlar su dolor. Se trataba de su querida hija, su orgullo y alegría, ahora reducida a un cadáver. Jeff, incapaz de soportar el peso de la revelación, dejó caer el teléfono. Este golpeó el suelo con un ruido sordo.
El guardia de la prisión que se encontraba cerca lo recogió, lo colocó frente a Katelyn y regresó a su puesto sin decir palabra.
Jeff miró fijamente a Katelyn, con la garganta seca y las palabras atrapadas en la boca. Tardó varios segundos en hablar, con la voz ronca.
—¿Neil mató a Lise?
La idea de perder a su hija de una manera tan cruel era demasiado para Jeff. Todo su cuerpo temblaba y sus ojos inyectados en sangre se llenaron de una rabia apenas contenida.
Katelyn se recostó en la silla, impasible.
—La policía no ha cerrado el caso. Pero ¿importa si Neil es el asesino o no? —Sus palabras le dolieron profundamente. Jeff y Sharon, impotentes y confinados en sus celdas, eran ahora los únicos que quedaban para llorar a Lise.
Sharon lloraba desesperada, sus gritos resonaban en la habitación, como si le hubieran arrancado el corazón.
Katelyn, sin embargo, solo sentía ironía. Si ella misma hubiera sufrido tal destino, Sharon y Jeff no habrían derramado una sola lágrima por ella. En cambio, la habrían maldecido, afirmando que se lo había buscado ella misma. Así eran los Bailey, su supuesta familia. Había hecho bien en romper los lazos y entregarles mil millones para deshacerse de ellos.
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