Presa entre tus brazos - Capítulo 132
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Capítulo 132:
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“No te preocupes, aquí estaré a tu lado, juntos viviremos este hermoso proceso mientras nuestro bebé crece en tu v!entre”
Se acercó a ella y deposito un beso en su v!entre.
Se acercó a la mesita de noche y tomó su cartera, sacó de ahí la foto del ultrasonido del bebé que había perdido Nicole.
“He conservado este ultrasonido de nuestro bebé”.
Nicole lo tomó, no pudo evitar llorar al imaginar cómo sería su bebé.
¿A quién se parecería?
¿Qué tamaño tendría ahora?
Bruno la tomó por la barbilla y le dio un tierno beso.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Leandro recorrió varias ciudades de Italia.
Habían investigado en los aeropuertos, Deborah y el niño no habían salido del país, una mujer como ella tendría que estar escondida donde estuviera rodeada de lujos, el helicóptero lo habían encontrado abandonado en las afueras de Milán.
“¿Qué demonios pretendes llevando a Santi contigo Deborah?”
Leandro se hacía la misma pregunta una y otra vez, por amor seguramente no era, esa mujer solo se quería a ella misma.
Sergio por su parte estaba como loco buscándolos, no tenía con que chantajear a Bruno y a Nicole por lo que creía que en cualquier momento podrían actuar contra él, debía de darse prisa o perdería todo, incluso su libertad.
Bruno contrato a los mejores abogados, ellos recomendaron poner la denuncia sobre el secuestro del niño demostrarían que Nicole firmó los documentos estando bajo coacción, Coswell seguía bajo la protección de Gío y Rina, estaba dispuesto a declarar en contra de Sergio, así también podrían demostrar que Rina le había cedido obligada la herencia de Nicole.
“Pronto recuperarás lo que te pertenece, Sergio pagará lo que ha hecho, tendrá que huir si es que quiere conservar su libertad, pero lo hará estando en la completa calle, sin un solo céntimo”.
Bruno disfrutaba pensando que la hora de que Sergio pagará todas sus fechorías había llegado, pronto lo vería hundido.
“Para un hombre como él, eso será un completo infierno”, exclamó René.
“Simplemente obtendrá lo que se merece”
Rina por fin podría vengarse del hombre que tanto daño le había hecho.
Gío se acercó a abrazarla, Nicole los observaba, notaba que esa mujer se parecía demasiado a ella, le molestaba que se negaran a contarle la verdad.
Sondra por su parte, estaba desesperada, sus padres le habían retirado toda su ayuda, también le prohibieron entrar a la casa o a la empresa.
Tenía que dejar la habitación donde se encontraba porque ya no tenía para pagar, o se salía o la echaban, ese día ya no tenía para comer, el estómago le gruñía por el hambre.
Salió del lugar sin rumbo fijo, las maletas le pesaban y no era mucho lo que podía avanzar, esperaría a su padre fuera de su casa, era imposible que no se compadeciera al verla en ese estado, estaba segura que Noah la amaba como a una hija, siempre se lo había demostrado.
“No es justo, Nicole me quito todo lo que más amo, no parare hasta hacerla pagar”.
Espero un par de horas, la lluvia caía y el viento helado le calaba hasta los huesos, intentó encender un cigarrillo, pero así empapada como estaba era imposible.
Poco después vio el auto de sus padres acercarse, Emma al verla sintió que el corazón le dolía, la había sobre protegido desde niña, cumplirle todos sus caprichos no había sido su mejor decisión.
“Pará Noah, es mi hija”.
Noah paro el auto, hasta entonces noto a la pelirroja parada bajo la lluvia, se veía tan frágil, tan indefensa, se bajó del auto, la cubrió con su abrigo.
“Sube al auto hija”
Temblando la chica obedeció.
Noah tomó las maletas y las subió al auto, avanzaron hacia la casa, todos en un total silencio.
Emma moría de ganas por abrazar a su hija, tenía la esperanza de que al verse en esa terrible situación hubiera recapacitado.
Al llegar a la casa, Emma la acompañó a su habitación, en lo que se bañaba bajo a prepararle un té, Noah se acercó para hablar con ella.
“Sabes que amo a Sondra como a mi propia hija, pero lo que ha hecho no es cualquier cosa, sabes que irá a la cárcel si se comprueba que ella dio información a Sergio para ayudarlo con él secuestro de Santi”.
“Lo sé”.
“Permitiré que se quede aquí mientras avanza la investigación y de corazón espero que en realidad no haya tenido nada que ver en eso tal y como ella dice, si no yo mismo la entregaré a las autoridades aunque me duela el alma, adviértele que una sola estupidez más de su parte y se va y está vez para siempre, no quiero saber que le das dinero, estaré pendiente de tus movimientos bancario y del control de tu efectivo, Sondra tiene que entender que no puede ir por ahí dañando a la gente, todos nuestros actos generan consecuencias”.
Emma lo escuchaba en silencio mientras lloraba.
No había visto a Noah comportarse así desde que lo conoció, se ponía furioso cada vez que recordaba a Deborah.
Ese hombre tenía el corazón más noble del mundo, era atento, amoroso, preocupado por su familia, no podía contradecirlo, sobre todo porque a pesar de que amaba a su hija, estaba de acuerdo con lo que él pedía.
Noah se retiró hacia su despacho, se sirvió un vaso de agua y se tomó una pastilla mientras ponía una mano sobre su pecho.
Tantas malas noticias le afectaban.
Tenía que controlarse o recaería.
¿En qué momento la vida de sus hijas se había vuelto un completo caos?
Quizá debió de trabajar menos y dedicarle más tiempo a ellas.
Cerró los ojos y empezó a recordar cuando eran tiempos felices.
Recordó a sus hijas siempre juntas, donde iba una la seguía la otra, intentaron tratarlas de la misma manera, no hacer diferencia entre ellas para no generar problemas.
¿En qué habían fallado?
Por más que lo pensaba no lo sabía.
Emma entró poco después, él aún estaba con los ojos cerrados, tenía aún la mano sobre su pecho con la otra cubría sus ojos.
Al acercarse a él, se dio cuenta que estaba llorando, lo abrazo, lloro con él, temía por su salud, era imposible que se mantuviera tranquilo con todo lo que estaba pasando.
“¿Hablaste con ella?”
“Sí”.
“¿Cómo lo tomó?”
“Me gustaría decirte que bien, pero mentiría, ya la conoces”.
Quitó la mano con la que se cubría los ojos.
Emma pudo notar una infinita tristeza.
“Hablemos mañana con ella, pienso ofrecerle que haga un máster en España, así se mantendrá distraída sin estar pensando en hacerle daño a su hermana, Sondra me preocupa demasiado, si sigue así terminará muy mal”.
“Lo sé, mañana después de la comida hablemos con ella, espero acepte tu propuesta, puede quedarse en la casa que tenemos en Madrid, trataría de visitarla seguido para que no se sienta sola”.
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