Presa entre tus brazos - Capítulo 121
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos tres veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 121:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
“Lo que la señora padece se llama amnesia disociativa, fue originada por algún evento traumático o estresante, esto produce una incapacidad para recordar información importante de su vida, cuando esto pasa, las personas pueden olvidar experiencias vividas, desde minutos hasta décadas, en el caso de la señora, su cerebro se está protegiendo de las emociones que causan sufrimiento, todo lo que le ha causado dolor hasta ahora, lo ha olvidado y todo lo que tenga que ver con ello” les explicó.
“Él tratamiento a seguir será técnicas de recuperación de memoría, esto incluye sesiones de hipnosis combinadas con algunos fármacos, tendrá que tomar psicoterapia, esto la ayudara a lidiar con las experiencias que desencadenaron el trastorno, este tipo de amnesia es más común que suceda en mujeres que en hombres”.
“¿En cuánto tiempo cree que recupere la memoria?”
Le preguntó un preocupado Bruno.
“No podemos saberlo, a veces pasa mucho tiempo, después del tratamiento empiezan a aparecer los recuerdos, como si fueran flashazos, en otras ocasiones recuperan la memoria de manera espontánea, algunas veces esto es ocasionado por algún otro evento traumático”.
Bruno se cubrió el rostro con ambas manos.
Lo peor de todo es que no podría estar con ella todo el tiempo como quisiera porque tenía que encontrar a su hijo.
“Pasaré a despedirme de ella, tengo que buscar a Santi”.
Entró en la habitación, Nicole tenía la mirada puesta sobre la ventana, él se acercó y la tomó de la mano, pero ella la quito inmediatamente.
“¿Quién se cree que es para entrar aquí y atreverse a tomar mi mano? Salga de aquí inmediatamente”.
Le dijo mientras señalaba la puerta.
Bruno se quedó helado.
No sabía que decir, lo mejor era que se retirara porque la estaba alterando.
Emma se acercó a él, sabía que era muy difícil todo lo que estaba pasando.
“Debes darle tiempo, yo hablaré con ella, tú busca a Santi, mañana que la den de alta la llevaré a su casa, le mostraré todas las fotos espero que sirva de algo, pero deben entender que será muy difícil para aceptarlo, por ahora ustedes son unos completos desconocidos para ella”.
“No entiendo como pudo olvidar a su hijo”.
“No lo hizo conscientemente, fue una reacción de su cerebro para protegerla del dolor que estaba sintiendo, esperemos que mi nieto aparezca pronto y todo está pesadilla ya termine, merecen ser felices después de todo lo que han vivido”.
“Creo que es mejor que me presente como una amiga de la familia para no alterarla, cuando este más tranquila podrás explicarle todo”
Le dijo Rina con una infinita tristeza.
“Debe decirle la verdad a la brevedad, debe alertar la sobre Sergio, Deborah y Sondra, para ella por ahora no son sus enemigos, estoy segura de que Sondra fue quien indicó a Sergio la distribución de la casa”.
Bruno se fue de ahí para reunirse con Leandro.
Noah y Gío, tenían que apresurarse para buscar al niño.
“Me gustaría despedirme de Nicole”, dijo Leandro que aún no sabía lo que había sucedido.
René y Mara se acercaron en ese momento, se dieron cuenta del sufrimiento de su hijo.
“¿Qué sucede hijo?”, preguntó René.
“Nicole ha perdido la memoria, olvidó gran parte de su pasado, entre ellos a todos nosotros, incluso a Santi, el médico ha dicho que es amnesia disociativa, es como si su cerebro intentará evitarle todo el dolor que estaba sintiendo, ha olvidado eventos y personas que hayan tenido que ver con eventos dolorosos en su vida”.
No tenía caso que alterará a Nicole con su presencia así que se retiraron, sólo Noah se despidió de ella.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Sergio De Santis se encontraba en Italia en compañía de Deborah y el niño.
Ambos se presentaron como sus abuelos.
Como no los conocía no paraba de llorar.
Deborah le daba de comer y después le daba unas gotas para mantenerlo dormido.
“Tienes que buscar quien lo cuide, yo no pienso estar aguantando los berridos de ese escuincle del demonio”.
“Es tu nieto, ¿No sientes cuando menos algo mínimo de cariño?”
“No, los niños son seres sumamente molestos, solo piden, lloran y ensucian, no saben hacer otra cosa”.
Sergio entendió en ese momento que tenía que cuidarse de esa mujer, entendía que no tenía amor por nadie, solo por ella misma.
…
Mientras tanto en otro lugar…
Al anochecer, Bruno ya sabía que Sergio se encontraba en Italia con su hijo, pero después de eso les perdió la pista.
Era como querer encontrar una aguja en un pajar.
En ese momento Rina que aún se encontraba en el hospital, recibió una llamada.
“Aló”.
“Espero que no intenten nada para quitarme mi fortuna, de lo contrario tu querido nieto se muere, lo mantendré a mi lado para asegurarme de que no intenten nada en mi contra, así que háganse a la idea de que vivirá a mi lado de ahora en adelante, lo mantendré en un lugar seguro”.
“Eres un maldito demonio sin sentimientos, devuélvenos a mi nieto”.
“Shhhh preciosa, sin insultos, todo había sido tan diferente si me hubieras amado, te habría entregado mi vida entera”.
“Yo te amaba y tú me abandonaste cuando más te necesitaba, ¿Creíste que te amaría toda la vida?”.
Sergio se quedó callado por un momento.
Lo que ella le decía le dolía.
“El pasado quedó enterrado, así que ya lo saben, no hagan nada en mi contra, ni tampoco lo busquen, porque si me entero que lo hacen, se los devolveré, pero muerto”.
Sergio corto la llamada.
Rina quedó en medio de una crisis de nervios.
Luego llamó a Bruno para contarle lo que había dicho Sergio.
“Menudo hijo de p%ta, le haré pagar caro todo lo que nos está haciendo”
Después de colgar, Bruno lloro amargamente.
Leandro, Gío, Noah y René, lo veían sin comprender que estaba sucediendo.
“¿Qué es lo que ha pasado?”, preguntó Leandro.
“El hijo de p%ta de tu padre, ha llamado a Rina, si hacemos algo en su contra, si seguimos buscando a Santi, nos lo devolverá muerto”.
“¡Demonios! Le he estado llamando, su teléfono está muerto, igual el de Deborah, yo creo que los han desconectado, no sé qué clase de padre tengo, es un monstruo”.
Él ambiente era tenso.
Sergio debía de tener algún infiltrado cerca de ellos.
No tenían idea de quien era, pero si estaban seguros de que alguien le pasaba información.
“¿Qué haremos con eso?”, preguntó Gío.
.
.
.