No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 582
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Capítulo 582:
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Nyla le contó los acontecimientos a Murray, eligiendo cuidadosamente sus palabras. Esta vez, sin embargo, actuó con cautela. En lugar de pedirle directamente que investigara la situación, simplemente le pidió a Murray que descubriera las fuerzas que había detrás de esas personas. El resto, decidió, era su batalla.
«¿A quién has contrariado? Esas personas no son precisamente del tipo al que se puede intimidar», comentó Murray, levantando una ceja, con la curiosidad despertada.
«No estoy del todo segura, pero estoy convencida de que son de fuera», respondió Nyla con calma. «Tú tienes cierta influencia allí, así que necesito tu ayuda con esto».
«Lo investigaré», accedió Murray sin dudarlo. «¿Necesitas que te lleve de vuelta?».
Nyla negó con la cabeza. «No, puedo arreglármelas sola».
Murray no insistió. Con un gesto de asentimiento, se marchó, dejando a Nyla sola.
Si alguien más, como Bonnie, hubiera investigado este asunto, podría haberse visto envuelto en complicaciones. Pero Murray era diferente. No solo ejercía poder, sino que también contaba con una amplia red de contactos que lo conectaba con todos los rincones de influencia. Incluso en los bajos fondos, su reputación era indiscutible. Esa era su fuerza.
Nyla, por su parte, decidió volver sola. No estaba lejos y necesitaba tiempo para aclarar sus ideas. El peso de estos acontecimientos la oprimía, haciéndola sentir como si estuviera tratando de navegar por un mar tempestuoso, donde las aguas antes cristalinas se habían convertido en una niebla turbia. Cada paso, antes seguro, ahora requería precaución.
Sin embargo, su anhelo de paz siempre se veía frustrado.
De repente, un hombre con un traje negro formal apareció ante ella. Se detuvo y lo evaluó. No había interactuado mucho con Theodore a lo largo de los años. Cuando llegó por primera vez a la mansión Brooks, Theodore y su esposa le habían dado una sincera bienvenida.
Pero había pasado mucho tiempo desde la última vez que se cruzaron.
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Theodore había ganado algunas canas más con los años, pero su aspecto seguía siendo impecable, todo un miembro de la alta sociedad.
«¿Hay algo que pueda hacer por usted?», preguntó Nyla primero, tratando de mostrar cierto respeto.
«Hay una cafetería cerca. Entremos y hablemos». La voz de Theodore era grave, con un tono innegablemente frío.
Nyla no se resistió. Sabía bien que si él la había localizado, no era por casualidad. Aunque ella se negara, él encontraría la manera de volver a hablar con ella.
«¿Qué te apetece tomar?», preguntó Theodore, manteniendo su aire sereno. Él y su esposa siempre eran respetuosos y preferían mantenerse al margen de las complejidades de los asuntos de la familia Brooks. A menudo viajaban para alejarse del caos. Sin embargo, sus hijos estaban envueltos en todo ello. Si no hubiera sido por el desacuerdo de Roger, quizá se habrían llevado a sus hijos al extranjero con ellos.
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