No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 555
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 555:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
«Haré que alguien te lleve a casa».
Nyla se estabilizó y respiró hondo antes de hablar. Su voz era resuelta. —Ethan, el hospital fue atacado, ¿verdad? Me enviaste lejos para protegerme, ¿no?
Ethan dudó. Si admitía la verdad ahora, podría salvar la creciente brecha entre ellos.
Todo podría encajar.
Pero decirle la verdad significaba arrastrarla más profundamente a su peligroso mundo.
—Jackson está de camino. Puedes irte con él —dijo con tono mesurado.
—¡Respóndeme, Ethan! —La voz de Nyla se elevó, cortando la tensión como un cuchillo. Demasiadas preguntas sin respuesta se cernían entre ellos, demasiadas sombras donde debería haber claridad.
Pero los secretos tienen una forma de salir a la luz, por muy profundamente que estén enterrados.
Ethan se encontró con su mirada ardiente y su determinación vaciló. Se acercó, con voz baja pero cargada de emoción. —¿Por qué has venido aquí, Nyla? ¿Estabas preocupada por mí? No paras de decir que me has olvidado, pero ¿es eso cierto?
—¡Ethan, a veces te odio de verdad! ¡Siempre eres así, tan irritantemente santurrón!
Su voz temblaba, y cada palabra rezumaba frustración y dolor.
Los ojos de Ethan se suavizaron al encontrarse con los de ella, llenos de lágrimas. Su determinación vaciló y, en un momento de descuido, se acercó a ella.
Le acarició la nuca y se inclinó para besarla. El beso comenzó con suavidad, casi con timidez, pero pronto se intensificó hasta convertirse en algo mucho más profundo: una tormenta de emociones que él no podía reprimir.
—Tú… —Nyla intentó apartarse, con voz temblorosa.
—Sientes lo mismo, ¿verdad? —La mano de Ethan buscó instintivamente su cintura, como para anclarla a él.
Continúa tu historia en ɴσνєℓα𝓼4ƒα𝓷.ç0𝓂 actualizado
—¡Suéltame, idiota! —Ella se debatió entre sus brazos, aunque el pensamiento de sus heridas moderó su resistencia.
Ethan la soltó al instante, con voz teñida de arrepentimiento. «Lo siento».
«¡Eres imposible!», exclamó Nyla, con la exasperación ardiendo como un incendio forestal. Sin embargo, a pesar de su ira, se sentía impotente frente a él.
Un fuerte golpe en la puerta rompió la tensión como un trueno.
Suponiendo que era Jackson, Nyla miró hacia la puerta, pero cuando se abrió, no era él. Era Flavia, la madre de Callie.
En cuanto los ojos de Flavia se posaron en Nyla, su expresión se endureció y un desdén gélido sustituyó a cualquier rastro de calidez.
—Ethan, Callie está despierta. Te está buscando —dijo Flavia con voz melosa, pero con un tono cortante, mientras su mirada se posaba en Nyla, aguda y hostil—. Algunos…
.
.
.