No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 502
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Capítulo 502:
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Cuando Nyla regresó a casa, los asuntos pendientes seguían pesando en su mente. Al entrar, se fijó en que Candy y Charlotte estaban concentradas en un paquete que había sobre la mesa del salón.
«¿Qué es eso?», preguntó Nyla.
«Una especie de paquete misterioso», respondió Candy.
«Candy cree que podría ser una bomba», dijo Charlotte.
Nyla se quedó paralizada por un momento, sorprendida por la sugerencia.
Nyla se detuvo, con la mirada fija en el paquete que descansaba sobre la mesa de centro. «¿Por qué no habéis mirado qué hay dentro?».
Candy señaló la inscripción de la caja. «Pone específicamente «Solo para tus ojos»».
Nyla arqueó una ceja, sorprendida, y reflexionó sobre lo extraño que era un paquete destinado exclusivamente a ella. Tras examinar brevemente la etiqueta, se volvió hacia las demás, que estaban en el sofá, cogió una llave y cortó la cinta adhesiva. La curiosidad las atrajo a todas hacia la caja, que miraron con entusiasmo.
En su interior, descubrieron un joyero y una carta.
Candy bromeó con una sonrisa: «Estaba convencida de que alguien te estaba amenazando, pero parece que solo son muestras de amor».
Charlotte, desconcertada, intervino: «¿Qué es una muestra de amor?».
«Los niños no deben entrometerse», dijo Candy, dándole un golpecito en la cabeza a Charlotte.
«¡Ay!», exclamó Charlotte, agarrándose la cabeza de forma dramática.
Nyla sacudió la cabeza ante la pareja, sintiéndose a veces como si estuviera tratando con dos alborotadores. «Ya basta», dijo. «Dejadme echar un vistazo». Abrió el joyero y su actitud cambió al instante. «¿Qué pasa?».
«Mamá, ¿qué hay dentro?».
Sus preguntas se solaparon. Volviendo a la realidad, Nyla se volvió hacia ellos. «Es de mi hermano». Dentro del joyero había un collar, de una marca favorita de Nyla que solo su hermano sabía que ella apreciaba. Debía de ser de él.
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Sus manos temblaban mientras desplegaba rápidamente la carta. El mensaje era breve, pero cada palabra conllevaba una profunda carga emocional.
«Nyla, no te preocupes por mí. Y no te preocupes por Claudine; ahora ya no sufre. Deja el resto en mis manos y mantente alejada de los problemas. Aquí tienes el regalo que te prometí. Espero que te haga feliz».
Nyla sintió una punzada en el corazón. Era consciente de que a Claudine le quedaba poco tiempo. Sin la intervención de Ethan, Claudine no habría sobrevivido hasta que su hermano fuera liberado.
Nyla estaba profundamente agradecida a Ethan por su apoyo en este asunto.
Sin embargo, la pérdida de Claudine le dolía profundamente; había sido el apoyo incondicional de Nyla en sus momentos más oscuros.
Candy parecía comprender los sentimientos de Nyla. Cogió a Charlotte y se dirigió hacia las escaleras.
«¡Eh! ¿A dónde vamos? ¡Tengo que consolar a mamá!», dijo Charlotte, tratando de zafarse.
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