No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 450
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Capítulo 450:
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«¿No estabas ocupada con los preparativos de la boda?», exclamó Nyla, sorprendida.
Con un movimiento casual, Candy dejó caer su maleta y se acomodó en el sofá.
Con calma, soltó la noticia: «Me he escapado».
Nyla saltó de su asiento, sorprendida al oírlo. Conocía la situación de Candy desde hacía años. Una vez más, Candy había huido de su boda.
«¿Eres consciente del riesgo? Tu familia no lo dejará pasar», expresó Nyla, preocupada.
Con un encogimiento de hombros relajado, Candy respondió: «Bueno, parece que ahora estoy arruinada. Supongo que te tocará cuidar de mí».
Su audacia provocó una sonrisa renuente en el rostro de Nyla.
«Siempre estaré aquí para ti, pero ¿qué plan tienes para lidiar con la reacción de tu familia?».
Candy se rió de la preocupación. «Que se ocupen de sus propios dramas. He terminado con los matrimonios concertados».
Su decisión era definitiva.
El día en que debía elegir su vestido de novia, Candy se enteró de que su prometido estaba enamorado de otra persona. Decidida como siempre, reservó un vuelo en cuanto descubrió la verdad y se marchó en medio de los preparativos de la boda.
Le dejó una nota a su prometido que decía: «Los cobardes no tienen cabida en el centro de atención».
Era un insulto para él, ya que estaba claro que no podría conseguir el puesto de cabeza de familia.
Sin preocuparse por las consecuencias, Candy solo sentía la euforia de su nueva libertad.
«Franklin mencionó que la operación ya está en marcha. Sin una consultora experimentada como yo, ¿crees que podrás manejarlo?», dijo Candy.
Nyla esbozó una sonrisa y siguió el juego. «Por supuesto que no. Estaría perdida sin ti».
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Candy se movió incómoda, evitando la mirada de Nyla. Era inusual que alguien tan segura de sí misma como Candy mostrara tal timidez.
Nyla no pudo evitar reírse ante la rara muestra de timidez de su amiga.
Candy borró al instante la expresión de su rostro y dijo con frialdad: «Quiero el triple de mi tarifa habitual, y además tienes que cubrir mis gastos de manutención y alojamiento».
«Claro, no hay problema».
«Solo para que quede claro».
A continuación, Nyla hizo los arreglos necesarios para que Candy se alojara en su casa, aunque Candy parecía indecisa.
«No esperes que cuide a tu pequeña».
«No te preocupes, no he olvidado que tienes trabajo que hacer», respondió Nyla, con voz entrecortada por la diversión.
A pesar de las afirmaciones de indiferencia de Candy, siempre había mostrado un profundo cariño por Charlotte, especialmente después de descubrir que la niña era una niña. Incluso había llenado un armario entero con vestidos para ella, mucho antes de que Charlotte pudiera ponerse ninguno.
Nyla se sentía afortunada de estar rodeada de personas como sus amigas Bonnie y Candy, y su compañero de trabajo Franklin. Su vida parecía maravillosamente completa.
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