No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 425
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Capítulo 425:
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Más tarde, mientras se miraba al espejo con el impecable vestido puesto, Nyla apretó imperceptiblemente la mandíbula y su expresión se ensombreció con pensamientos tácitos.
«¡Franklin, explícame el significado de este vestido!».
La voz de Nyla atravesó la línea telefónica con una precisión milimétrica.
«¿Te lo has probado? Enséñamelo por vídeo», respondió Franklin, con un tono lleno de entusiasmo indisimulable.
El vestido blanco se ajustaba perfectamente a la figura de Nyla a la perfección: diamantes adornaban el corpiño ajustado, mientras que el diseño sin espalda fluía en elegantes drapeados hacia abajo.
El conjunto lograba un equilibrio magistral entre sensualidad y sofisticación, y su encanto se veía realzado por la gracia natural de Nyla.
Su actitud fría solo amplificaba su impacto, haciéndola parecer aún más intocable.
La espalda abierta revelaba un impresionante tatuaje de lirio araña rojo a lo largo de un lado, cuya belleza era a la vez inquietante y fascinante.
Su expresión se endureció. «¿El Grupo SKT está tan desesperado que me pide que me comprometa?».
Franklin se rió entre dientes, imaginando su exasperación. «Simplemente pensé que le quedaría perfectamente».
La furia hervía bajo la apariencia controlada de Nyla. «Sabe que detesto los diseños sin espalda».
Sin embargo, con el tiempo agotándose, encontrar un sustituto supondría arriesgarse a llegar tarde.
Desde su oficina, Franklin se recostó en su silla, con sus ojos azules brillando con una malicia calculada.
«Al final, debes enfrentarte a esos demonios».
El reflejo de Nyla la transportó de vuelta a aquel devastador incendio.
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Las llamas la habían rodeado mientras abrazaba a Hana, y el calor le subía por la ropa. Se había tirado al suelo, rodando desesperadamente para apagar las llamas.
La oportuna llegada de Candy la había salvado, pero le había dejado un feo recuerdo grabado en la cintura, una fuente perpetua de pesadillas.
El sueño aún le traía visiones de ella consumida por las llamas, tal y como le había ocurrido a Stella.
Cuando rescataron a Nyla, no había forma de acercarse a Stella. Los últimos gritos de Stella seguían atormentando su conciencia.
Nyla inclinó la cabeza, con el flequillo cubriéndole los ojos mientras la vulnerabilidad se apoderaba de ella. «Franklin…»
«Esa cintura es hermosa, y el lirio araña será tu fuente de fuerza», respondió Franklin con una seriedad inesperada.
«Vuelve a hacer algo así y te enfrentarás a graves consecuencias», advirtió Nyla antes de terminar abruptamente la llamada.
Sus dedos trazaron el tatuaje, la máscara que había elegido para las cicatrices con las que no podía reconciliarse.
Nunca había imaginado tal exposición pública.
El salón de banquetes resplandecía de opulencia; las exhibiciones artísticas bordeaban un escenario central, mientras que las suntuosas decoraciones y las delicias gourmet se alineaban en la periferia, creando una atmósfera de lujo indulgente. Nyla se coló por una entrada lateral, prefiriendo la discreción mientras evaluaba la influencia del Grupo SKT en Ulares.
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