No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 336
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Capítulo 336:
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Callie observó la escena, su expresión de satisfacción se desvaneció y dirigió la mirada al gerente. «¿Cómo va todo?», preguntó, sin dejar de caminar mientras el gerente la conducía hacia una sala privada.
«Todo está listo. Estamos preparados para administrar la droga», respondió el gerente con una sonrisa, en voz baja.
«Bien. Todos están registrados. Si algo sale mal, el dinero lo solucionará», dijo Callie con indiferencia, como si las vidas en juego no tuvieran ningún valor para ella.
El gerente asintió enérgicamente, con tono servil. «Los dos que usted pidió están en la habitación de al lado. ¿Los traigo?».
Una repentina oleada de calor invadió a Callie mientras alcanzaba un juguete sexual cercano y asentía con la cabeza. «Sí, tráelos».
Fue una noche de puro placer.
Callie se sumergió en la bañera, con una sonrisa de satisfacción en los labios mientras reflexionaba sobre los impresionantes beneficios de la cafetería.
Con las operaciones en el extranjero estabilizadas y la identidad de Ethan aprovechada, la cadena de beneficios podía expandirse discretamente, sin llamar la atención.
Al fin y al cabo, nadie podía escapar de la atracción de sus deseos, especialmente los físicos.
En Maple Villa, mientras Nyla bajaba las escaleras, encontró a Ethan sentado a la mesa del comedor. En lugar de la alegría habitual que le producía su presencia, un dolor agudo le oprimía el corazón.
El sueño de la noche anterior seguía rondando su mente.
En él, Ethan le había dicho que se marchara y, al descubrir la verdad sobre el caso de su padre, había encontrado un final trágico. Ethan se casó con Callie y, al final, nadie la recordaba.
Mirando la figura serena de Ethan frente a ella, no pudo evitar preguntarse si el sueño era un vistazo a su futuro.
«Señora Brooks, está despierta», dijo Hana alegremente, colocando un tazón de avena sobre la mesa.
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Nyla asintió con la cabeza, sentándose un poco más lejos de Ethan de lo habitual, y comiendo en silencio su avena.
Ethan notó el cambio y frunció el ceño, ligeramente confundido. Miró a Nyla y se dio cuenta de que parecía más retraída de lo habitual, como si se hubiera convertido en una persona completamente diferente.
Nyla apenas tocó la comida; lo único en lo que podía pensar era en marcharse. Escapar le parecía la única forma de encontrar algo de alivio.
Antes, cada vez que Ethan regresaba, ella intentaba conversar con él, pero ahora su deseo de huir era más fuerte que nunca. Se levantó para marcharse.
—Nyla —la llamó Ethan.
Nyla se quedó paralizada, con el pecho inundado de ansiedad. ¿Era eso? ¿Iba a decirle por fin que se marchara? ¿Iba a suceder tan pronto?
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