No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 216
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Capítulo 216:
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La atención de Claire se centró en ella y recordó cómo Alisha acababa de defender a Nyla. El contraste era divertido.
«¿Es de tu estudio?», preguntó Claire, señalando a Alisha.
Nyla volvió a la realidad y asintió. Solo entonces se dio cuenta de la expresión de Alisha, que parecía un ciervo ante los faros de un coche.
Antes de que Nyla pudiera responder, Alisha le tiró de la manga y le susurró: «Nyla, estoy tan avergonzada».
«¿Qué tonterías estás diciendo?», bromeó Nyla, quitándole importancia a su nerviosismo. «Es una diseñadora de mi estudio. Su trabajo también aparece en este conjunto. Incluso creo que algún día podría hacerse cargo del estudio».
Alisha levantó la cabeza alarmada. «¡Ni hablar, Nyla! ¡No puedes dejarnos!».
Nyla se rió con delicadeza. «No me voy a marchar. Solo creo que ahora todos sois lo suficientemente capaces como para llevar las cosas por vuestra cuenta».
Claire asintió con aprobación. «Parece tener talento y ser leal. Es una combinación poco común».
«Además, es una gran admiradora tuya», añadió Nyla con una sonrisa.
Alisha levantó la cabeza brevemente, solo para cubrirse la cara avergonzada. «Sra. Perry, siento mucho lo de antes. No esperaba encontrarla aquí. Normalmente no soy tan impulsiva, los diseñadores no deberían actuar así. De verdad, yo no soy así». Las palabras salieron precipitadamente de su boca, con las mejillas encendidas. No podía creer que Claire hubiera presenciado su arrebato.
«Tranquila», dijo Claire amablemente. «Todo el mundo tiene sus momentos. Has demostrado mucho valor y eso es algo de lo que estar orgullosa».
Alisha se sonrojó aún más y se escondió detrás de Nyla, con su timidez llegando al máximo. Pero, tras un momento, asomó la cabeza y preguntó tímidamente: «¿Podría… podría tener su autógrafo?».
Claire sonrió, encontrando muy entrañables las personalidades tanto de Nyla como de su empleada. «Por supuesto».
Alisha prácticamente brillaba mientras sostenía el autógrafo. De regreso al coche, su sonrisa era radiante.
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—¿De verdad estás tan feliz? —preguntó Nyla, sacudiendo la cabeza con una sonrisa afectuosa.
«¡Es como un sueño hecho realidad! Estoy muy feliz», exclamó Alisha, agitando el autógrafo como si fuera un tesoro. «Pero, Nyla, solo quiero trabajar contigo. No tengo intención de quedarme con el estudio. Somos un equipo, siempre».
Nyla se detuvo y su expresión se suavizó. Luego asintió con la cabeza. «Sí, siempre seremos un equipo».
El banquete terminó.
En otro lugar, Stanton lanzó al suelo una propuesta de proyecto con frustración. —Stanton —una voz encantadora rompió la tensión. Recogiendo el documento desechado, su dueña lo hojeó con indiferencia—. Puedo proporcionarte la financiación que necesitas, pero hay una condición: tendrás que hacer algo por mí. ¿Qué te parece?
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