No me dejes, mi querida mentirosa - Capítulo 197
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Capítulo 197:
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Cuando le llegó la noticia de la llegada de Ethan, ya había pasado una hora, lo que llevó a Keith a correr preocupado hacia la sala privada.
Empujó la puerta y se encontró con una escena sorprendente. Allí, recostado con un aire de sofisticación natural, estaba Ethan. Su camisa negra parcialmente desabrochada revelaba una confianza desenfadada, mientras giraba perezosamente una copa de vino, con una suave luz bailando en sus rasgos.
Keith pensó que una imagen así podía volver locos tanto a hombres como a mujeres. «Hoy pareces especialmente animado», comentó Keith, aliviado al ver que Ethan estaba de buen humor.
«¿Tú también lo has notado?», intervino Jameson con una risita.
Jameson se había quedado en la zona, mientras que Benson se había unido a un equipo de rodaje en una remota región montañosa, y era poco probable que volviera en meses.
Keith se sirvió una copa y se hundió en el sofá mientras su pendiente reflejaba la luz.
«Últimamente estoy agotado», dijo, dando un sorbo. Dejó la copa sobre la mesa y miró a Ethan con curiosidad. «¿A qué se debe tu buen humor?».
La respuesta de Ethan fue mesurada y deliberada. «Me he casado».
La sala privada se sumió en un silencio atónito.
La sonrisa de Keith se congeló, y su expresión pasó de la incredulidad a la conmoción. Incluso Jameson se quedó sentado, sorprendido por la revelación.
Esperaban noticias sobre la investigación en curso del incidente pasado, ¡no un anuncio de boda! Pero ¿quién era la novia? ¿Callie?
«¿Con quién? ¿Callie?», aventuró Keith con cautela, aunque sospechaba lo contrario.
Jameson frunció el ceño. «¿No estabas todavía en la fase de planificación? ¿Por qué tan repentino?».
Ethan bebió un sorbo de vino antes de dar otra sorpresa. «Es Nyla».
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Keith se atragantó mientras bebía. Jameson se quedó estupefacto. Conocía la complicada historia de Nyla y la familia Brooks; su círculo estaba muy versado en ese drama. Nyla había llegado con su madre, tachada de rompehogares por la familia. Ethan era el tío político de Nyla. Las implicaciones eran escandalosas, incluso sin ningún parentesco directo.
Keith se recuperó con una risa cómplice. —¡Lo sabía! ¿Por fin has reconocido tus sentimientos?
Jameson, todavía confundido, preguntó: —¿Tú sabías esto?
La expresión de satisfacción de Keith volvió a aparecer. «Llevan años enredados. Ethan casi la pierde, pero, afortunadamente, la recuperó».
Jameson lo entendió. Su sorpresa ahora provenía de que Ethan sacrificara posibles ventajas por amor. Un matrimonio con los Higgins habría consolidado su posición, aunque, en realidad, la influencia de Ethan en Ulares y Jouver, la capital, apenas necesitaba reforzarse.
«¿La familia Higgins montó un escándalo? Tu padre debe de estar furioso», bromeó Keith, incapaz de resistirse, a pesar de saber que Ethan podía manejar las consecuencias. No se les escapó la ironía: el hombre que una vez se declaró incapaz de amar ahora estaba casado.
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