Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 939
✨ Nuevas novelas cada semana, y capítulos liberados/nuevos dos veces por semana.
💬 ¿Tienes una novela en mente? ¡Pídela en nuestra comunidad!
🌟 Únete a la comunidad de WhatsApp
📱 Para guardarnos en tus favoritos, toca el menú del navegador y selecciona “Añadir a la pantalla de inicio” (para dispositivos móviles).
Capítulo 939:
🍙 🍙 🍙 🍙 🍙
Brandon la miró fijamente, con ojos duros. La historia de Vivian se había desmoronado. Había enredado tanto sus mentiras que ni siquiera ella podía mantenerlas en orden. Si Vivian realmente se había enamorado de él por esa primera reunión, si realmente se trataba de sus elogios, entonces escuchar la verdad debería haberla destrozado. En cambio, ella simplemente se reafirmó, y eso le dijo todo lo que necesitaba saber.
El arrepentimiento genuino nunca se reflejó en su rostro. No había ningún signo de sorpresa, ni siquiera un atisbo de confusión sobre la participación de Millie. Lo único que hizo Vivian fue aferrarse a su excusa, repitiendo que había ido en lugar de Millie, desesperada por justificarse.
En ese momento, Brandon lo vio todo claro. La revelación le golpeó con fuerza: Vivian nunca le había amado. Vivian esgrimía la palabra «amor» como un escudo, utilizándola para arrancarle compasión y perdón cuando le convenía.
«Brandon…».
Él retrocedió, incapaz de ocultar su repulsión. «Fuera de mi vista», dijo Brandon, empujándola con manos temblorosas.
Las lágrimas de Vivian solo lo enfurecieron más. Lo único que veía era el rostro de Millie destellando en su mente. «Fuiste tú quien fingió tener cáncer de estómago y afirmó que te quedaba medio año de vida. Amenazaste con suicidarte para mantenerme a tu lado. No parabas de decirle a todo el mundo que nunca le harías daño a Millie, insistiendo siempre en que eras la persona más madura. Pero, a espaldas de todos, contrataste a matones, le tendiste trampas a cada paso y tú eres la razón por la que acabó cayéndose por las escaleras. ¿Y ahora esperas que me crea tus mentiras? ¿Aún quieres que te perdone?».
Todo su cuerpo temblaba de rabia. Sus ojos enrojecidos miraban con ira a Vivian, que seguía sin poder dejar de llorar.
—Solo dime la verdad por una vez —gritó Brandon con voz ronca—. ¿Hay algo más que me estés ocultando? ¿Qué más no sé?
El pánico se apoderó finalmente de Vivian. Los secretos que guardaba eran demasiado peligrosos como para revelarlos. Intentó leer su expresión, buscando una pista, con la esperanza de poder ocultar su última mentira. Si él realmente lo supiera todo, no estaría preguntando, ya se habría ido.
«¡Dilo!», gritó Brandon, con cada palabra impregnada de dolor.
Últιmαs 𝒶𝒸𝓉𝓊𝒶𝓁𝒾𝓏𝒶𝒸𝒾𝑜𝓃𝑒𝓈 en ɴσνєʟαѕ𝟜ƒαɴ.𝒸ø𝗺
Con lágrimas corriendo por su rostro, Vivian soltó: «No queda nada, Brandon. Te lo juro, no te estoy ocultando nada. ¡Por favor, te lo ruego!».
La voz de Vivian se quebró bajo el peso de la desesperación. La mirada de Brandon podía haberla quemado. Si no fuera por aquel incidente de hacía tanto tiempo, él la habría eliminado por completo de su vida.
Vivian se aferró a su última pizca de esperanza. «Aunque ahora me odies, aunque me veas como una persona sin corazón, por favor, recuerda que fui yo a esa reunión en lugar de Millie. Asumí la culpa por ella. Yo también he sufrido…».
Apenas había terminado de hablar cuando alguien golpeó la puerta del sótano con fuerza e impaciencia. Los sollozos de Vivian se le atragantaron en la garganta. Se quedó en silencio y miró hacia el ruido. Sin decir nada, Brandon se alejó de ella. Abrió la puerta y salió, dejando sus llantos atrás.
Eugene esperaba en el pasillo, con el sudor corriéndole por la cara. Brandon seguía furioso. —¿Qué pasa? —espetó.
Eugene le entregó una pila de documentos. «Hay algo urgente, señor», dijo con tono grave.
Brandon hojeó los archivos, escaneando página tras página: registros de la empresa, notas de proyectos, todo en lo que Macauley había estado involucrado en los últimos años.
Brandon miró a Eugene con recelo. «¿Por qué me enseñas esto ahora? ¿Has encontrado a Macauley?».
.
.
.