Multimillonario desalmado: Nunca debió dejarla ir - Capítulo 901
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Capítulo 901:
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Ahora estaban allí de nuevo, firmando otro papel que los separaría aún más.
La pluma de Brandon permanecía suspendida sobre el papel, temblando ligeramente entre sus dedos. Una parte de él estaba aterrorizada ante la posibilidad de que la historia se repitiera, temerosa de que, una vez firmado el contrato, no hubiera vuelta atrás a la pequeña oportunidad que aún le quedaba.
Frente a él, Millie ya había terminado su parte. Levantó la vista del contrato firmado e inmediatamente se dio cuenta de la vacilación de Brandon.
Su mirada se posó en su estado actual: vendajes recién colocados alrededor de sus brazos y torso, moretones oscuros que se asomaban bajo la gasa blanca. La visión le provocó una sensación incómoda en el pecho. Él se veía exactamente como ella durante aquellos días oscuros en los que casi había perdido la vida.
Solo unos días antes, Brandon le había dicho que se había caído por las escaleras.
Desde entonces, tanto Eugene como Babette no habían dejado de llamarla por teléfono, tratando desesperadamente de contarle todas las cosas que Brandon había hecho supuestamente para demostrarle su amor. Pero Millie no quería saber nada de eso.
Hace mucho tiempo que tomó una decisión sobre Brandon.
—¿Qué pasa? ¿Por qué no firmas? —preguntó Millie, con voz cuidadosamente neutra, mientras lo observaba fijamente al contrato—. ¿Hay algo en el acuerdo que te molesta?
Brandon dejó de moverse por completo. Lentamente, levantó la cabeza y la miró a los ojos por primera vez desde que se habían sentado.
Su expresión era una complicada mezcla de emociones: arrepentimiento, nostalgia, resignación y algo que podría haber sido esperanza, todo entremezclado. Ella estaba sentada junto a la mesa, con el mismo aspecto de siempre. La misma cara bonita, la misma postura elegante, la misma fuerza tranquila. Pero ahora había alguien más sentado a su lado, alguien que había ocupado el lugar que antes solo pertenecía a Brandon.
Brandon se vio incapaz de apartar la mirada, bebiendo cada detalle de su rostro como un hombre moribundo de sed.
Millie tampoco rompió el silencio. Su expresión permaneció perfectamente tranquila, sin revelar nada de los pensamientos que pudieran estar pasando por su mente. Los e es segundos se extendieron entre ellos como una eternidad: treinta largos y pesados segundos de historia tácita y sentimientos enterrados. Finalmente, Brandon se obligó a apartar la mirada.
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Apretó el bolígrafo con más fuerza y lo presionó contra el papel, escribiendo su nombre.
Brandon Watson.
Justo al lado de otra firma que en su día había sido lo más importante de su mundo. Millie Bennett.
Ese nombre solía aparecer junto al suyo en todo: documentos de boda, papeles de la casa, cuentas conjuntas. Ella solía ser la persona más cercana a él, la mujer a la que había amado más que a nadie en su vida.
Ahora su firma aparecía junto a la suya por última vez, pero todo lo que representaba había cambiado por completo.
Millie observó a Brandon terminar de firmar e inmediatamente desvió su atención de él.
Levantó la vista hacia Myron, que había permanecido en silencio junto a su silla durante todo ese doloroso proceso.
Aunque todos estaban reunidos en la misma oficina, parecía que Millie y Brandon existían en universos completamente diferentes.
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